La bancada de diputados del PPD presentó un proyecto para establecer una jornada laboral de 4 días trabajados y 3 libres. Además se busca avanzar hacia 38 horas laborales a la semana.
En conversación con CNN Chile, el impulsor de la iniciativa, Raúl Soto, sostuvo que “lo que queremos hacer es reabrir el debate respecto de las jornadas laborales que se viene dando hace bastante tiempo en Chile sin avances concretos”.
“Queremos hacerlo preparando el camino para el futuro porque hoy día estamos en una situación bastante crítica respecto de la salud mental de la población y creo que las extensas jornadas laborales y los pocos tiempos libres de descanso que hay en Chile no contribuyen a mejorar esa situación”, dijo.
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El legislador señaló que “esa es una ecuación bastante insostenible en el tiempo, sobre todo pensando que superada la pandemia del COVID-19, se nos va a venir la pandemia de la salud mental y obviamente que es una situación de la que hoy día tenemos que hacernos cargo”.
Soto detalló que la iniciativa propone que la modificación se realice de forma gradual, “empezando a aplicarla una vez superada la pandemia, un año después una vez aprobada la ley y con escalones: primero, llegando a 40 horas y en 5 años llegando a las 38 horas semanales“.
Además, sostuvo que su propuesta no establece un esquema laboral fijo sino que la cantidad de horas semanales “se puede distribuir en 4, 5 ó 6 días dependiendo del tipo de organización laboral de la cual se trata y de la cual se pueda adecuar”.
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El sustento de su iniciativa, explicó, es que “Chile es el sexto país con más horas trabajadas a la semana de la OCDE, pero por otro lado, en el ranking de los países con más productividad, Chile está en el puesto 36, es decir, está en la parte baja de la tabla”.
“Entonces tenemos ahí una ecuación en que algo está mal. La pregunta es por qué tenemos mala productividad si tenemos hartas horas, es decir, hay horas dentro de nuestra jornada extensa que son improductivas, hay un problema ahí, no necesariamente trabajar más horas significa mayor productividad”, añadió.
“Quizás tenemos que empezar a hacer un cambio cultural donde entendamos que probablemente si trabajamos menos horas, la gente tiene más tiempo libre para la familia, para la recreación, el descanso, va a tener una mejor calidad de vida, eso a su vez lleva a la posibilidad de mejorar los ambientes y las relaciones laborales y eso contribuye a mejorar las condiciones de productividad”, complementó.
Finalmente, el parlamentario afirmó que lo anterior “debe ir acompañado, por cierto, de un proceso donde el empleador, apoyado desde el Estado, pueda también contribuir a reimpulsar con mucha mayor fuerza la productividad a través de capacitación y tecnología, yo creo que esos son dos elementos que necesariamente deben acompañar este proceso para asegurar que estas jornadas van a ser más provechosas y vamos a lograr un impulso en la productividad”.
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