El panelista de Tolerancia Cero y analista político, Pepe Auth, deslizó una reflexión tras la derrota de la centroizquierda en las elecciones presidenciales. "Ya nadie podrá convertirse en alternativa de gobierno si desprecia al pueblo que decide, como si se tratara de 'fachos pobres'. Nadie volverá a ser alternativa si no asume como propias las prioridades del pueblo y no ofrece soluciones a sus problemas reales", subrayó.
Es evidente que después de una derrota de las dimensiones de la del domingo pasado, superados en segunda vuelta por más de 2 millones de votos y 16,34 puntos porcentuales- resulta imprescindible si pretenden volver a ser alternativa que la izquierda y el progresismo hagan un análisis profundo de las razones que la explican.
Aunque parezca insólito, hemos escuchado voces que aluden al abandono del gobierno y su candidata de las banderas propias de la izquierda. El exministro Giorgio Jackson ha detallado la serie de errores tácticos que fueron erosionando el apoyo al gobierno. La autocrítica más productiva es quizás la del diputado Gonzalo Winter, que entiende que la izquierda comenzó a construir su ataúd validando la violencia del estallido social y terminó de sellarlo liderando la pretensión de refundar el país a través de una nueva constitución, su escasa valoración de la demanda de seguridad y la desconsideración del crecimiento económico como sustrato indispensable de cualquier proyecto de bienestar social.
Pasamos de elecciones en las que participaba la mitad politizada e ideologizada del país a elecciones en las que participan todos los chilenos. Eso cambió la política para siempre. Ya nadie podrá convertirse en alternativa de gobierno si desprecia al pueblo que decide como si se tratara de ‘fachos pobres’, nadie volverá a ser alternativa si no asume como propias las prioridades del pueblo y no ofrece soluciones a sus problemas reales.
Pronto sabremos, cuando pase a la oposición, quiénes habrán comprendido la profundidad de este cambio y quiénes continuarán como si nada hubiera cambiado. De quiénes predominen dependerá si el progresismo vuelve a ser alternativa de gobierno. Pondremos particular atención a la posibilidad de convergencia de las formaciones políticas del espacio de centroizquierda reformista para dejar de jugar el rol de furgón de cola y recuperar el protagonismo perdido en los últimos años de renegación culpable de un pasado político que hoy el país vuelve a valorar.