La mañana de este domingo, el médico broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Felipe Rivera conversó con CNN Chile sobre el alza sostenido de casos de COVID-19 que se han informado los últimos días por la autoridad sanitaria y las secuelas de la variante Ómicron.
En entrevista con Rafael Cavada, el especialista aseguró que “es absolutamente cierto” que la nueva cepa de coronavirus produce una sintomatología más leve a las variantes previas.
“No deja de ser importante que ataque la vía aérea superior, en este momento tenemos casi colapsados los servicios de urgencia y la atención primaria”, agregó.
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En ese sentido detalló que “eso significa que aunque probablemente no tiene el riesgo tan alto como las variantes anteriores, si implica que se han dejado de atender patologías frecuentes por atender a los COVID-19″.
Respecto a las secuelas a largo plazo que provoca el virus, explicó que “en la medida que tenemos casos más graves, nos encontramos con el paciente que sale de ventilación y hay una cierta disminución de fuerza que puede durar tres, seis meses o hasta un año”.
Sin embargo advirtió que también los profesionales de la salud han evidenciado “trastornos cerebrales” como consecuencias del COVID-19. “Cada vez nos damos cuenta de que hay lagunas mentales, fatigas, dolor de cabeza y decaimiento, que pueden durar muchas semanas, además de trastornos neurológicos”.
En esa línea, aseguró que el sistema está preparado para tratar dichas secuelas y valoró el trabajo de rehabilitación dado por los kinesiólogos, nutricionistas y terapeutas ocupacionales, ya que “van más allá de la atención médica (…) todo lo que viene después es el proceso de rehabilitación que puede ser tremendamente largo y doloroso”.
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El Dr. Rivera descartó la posibilidad de que se pueda realizar una trazabilidad de casos, dadas las características de alta contagiosidad que tiene Ómicron.
Asimismo, criticó la nueva estrategia implementada por el Minsal, ya que aseveró que “es un mensaje que produce a los irresponsables, afirmación de sus conductas”.
Por último, tampoco se mostró a favor de la obligatoriedad de la vacuna, ya que, según su criterio, “eso desincentiva la reacción de la gente”.
“Hay que incentivar con cosas positivas, a través del impedimento a hacer”, concluyó.
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