Por Daniel Matamala
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Publicado por CNN

Este libro se llama “Así mueren las democracias”, es un bestseller estadounidense de este año, y parte el 11 de septiembre de 1973, recordando una imagen: un palacio de gobierno bombardeado, en un país llamado Chile. Claro, esa fotografía es, no solo para nosotros sino para el mundo entero, la imagen icónica de la muerte de una democracia. El gobierno electo tomado violentamente por hombres armados.

Hoy, 45 años después, las democracias viven un momento crítico en el mundo. Y no es por golpes o bombardeos. Hoy las amenazas contra la democracia pueden ser más sutiles, pero igualmente letales. En Venezuela y Rusia, mandatarios electos se han convertido en autócratas manipulando desde dentro la institucionalidad. Turquía, Hungría y Filipinas parecen ir por una pendiente similar. A lo largo y ancho de Europa, grupos extremos con poco aprecio por los principios democráticos se acercan al poder. Y hasta en Estados Unidos, la democracia más estables y poderosa del planeta, por primera vez muchos se preguntan si ese sistema democrático no está también en peligro.

Hace apenas dos décadas la democracia parecía triunfante en el mundo, pero todo ha cambiado rápidamente. La globalización y la inmigración han desencadenado instintos tribales. La desigualdad ha erosionado la convivencia social. Y las redes sociales han servido como un poderoso amplificador a los discursos de odio y a una polarización cada vez más virulenta. La distancia entre élites y ciudadanos, la erosión de los partidos políticos y de las reglas de convivencia están allanando el camino a líderes con instintos autoritarios.

Estos son fenómenos globales, de los que Chile no está inmune. Cuando perdimos nuestra democracia hace 45 años, también fuimos golpeados por olas mundiales. La vía violenta como camino legítimo en la izquierda, la reacción golpista como camino legítimo en la derecha; el comunismo y el anticomunismo; el ajedrez de la guerra fría, fueron parte de ese laberinto sin retorno que terminó con los Hawker Hunter bombardeando La Moneda.

Hoy, cuando el fascismo -en palabras de Madalaine Albright- es una amenaza más grande que en cualquier momento desde 1945. Cuando Venezuela se hunde bajo una dictadura cruenta. Cuando Brasil cruje entre la corrupción y la deliberación del jefe del Ejército, muchos se están preguntando, en Estados Unidos, en Europa y en América Latina, ¿podría pasar aquí también? Es una pregunta que hoy, 11 de septiembre, los demócratas chilenos nos debemos hacer.

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