Por Daniel Matamala
{"multiple":false,"video":{"key":"czosCsnywmf","duration":"00:01:45","type":"video","download":""}}

“Los monopolios y oligopolios campean donde miro en Chile”. La frase no es de algún crítico del capitalismo, sino del expresidente de la Sofofa, Felipe Lamarca. Y las cifras respaldan esa impresión.

Mercados tan importantes para el bolsillo de los chilenos como las farmacias, los bancos, los pollos, las líneas aéreas, la telefonía, el combustible o la energía eléctrica, son dominados por dos, tres o cuatro compañías.

Según el think tank Horizontal, los chilenos más pobres gastan la mitad de su dinero en mercados con indicios de falta de competencia y, por lo tanto, en precios que pueden estar inflados. Eso, sin siquiera hablar de las escandalosas colusiones que terminaron en nada porque, hasta hace poco, la ley ni siquiera las consideraba delito.

Las leyes contra la colusión han mejorado, pero las normas pro competencia siguen siendo escasas en Chile. Los principales mercados siguen dominados por un puñado de grupos económicos cuyos intereses se entrecruzan una y otra vez.

Lee también: 360°: El Modelo en Debate, capítulo 4

Pero hay ejemplos para mirar. Estados Unidos desató una era de progreso cuando rompió los grandes monopolios en el Siglo XX. Más recientemente, Israel desarmó las poderosas pirámides con notables beneficios para los consumidores.

Restringir la competencia es siempre interés de los comerciantes, ampliar el mercado es confirme al interés público”, decía el padre del capitalismo, Adam Smith.

¿Cómo hacer entonces que los beneficios de la competencia lleguen a todos los chilenos y no sean capturados por un pequeño grupo?

Ese el tema de 360: El modelo en debate y que puedes mirar aquí.

Tags:

Deja tu comentario