Por Daniel Matamala
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26 años después de emitirse la orden de captura internacional en su contra, llegó la hora de que Carlos Cardoen enfrente a la justicia.

26 años en los que ha gozado de un apoyo transversal de gobiernos y congresos. Ocho resoluciones parlamentarias, la última en enero de 2019 por 26 votos a favor, una abstención y ningún voto en contra, abogando por el “auxilio del Estado de Chile” para él.

Una transversalidad política que también cruza gobiernos. Aquí lo vemos compartiendo una cena con la entonces presidente Michelle Bachelet, y con un cuadro en honor de la mandataria.

Los gobiernos de Ricardo Lagos, Sebastián Piñera y Bachelet hicieron gestiones diplomáticas en su favor, al más alto nivel en los EE.UU. Incluso Lagos lo condecoró con la orden al mérito docente y cultural Gabriela Mistral, un galardón reservado a figuras de la cultura como Paul McCartney o Gabriel García Márquez.

El ministro de Educación de la época, Sergio Bitar, explicó el galardón diciendo que “hay que rescatar también lo bueno que hacen las personas, más allá de las discusiones que puedan haber sobre el tema de las guerras y de las armas. Además ninguno es ángel sobre la Tierra”.

¿Cómo se explica un apoyo tan transversal? El propio Cardoen ha reconocido haber sido un generoso financista de campañas parlamentarias y presidenciales, y también ha admitido haber hecho donaciones por fuera de la ley electoral. Así ha cooptado a dos poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo. Ahora es el momento de que el tercer poder, el Judicial, vea su caso, y es de esperar que lo haga en las mismas condiciones que con cualquier otro ciudadano chileno.

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