Por Carolina Urrejola
{"multiple":false,"video":{"key":"cz7ekSDwX0E","duration":"00:01:29","type":"video","download":""}}

Molestia y reclamos formales produjo el hostil comportamiento del embajador de argentina en Chile, en una ceremonia en el Paso Fronterizo Los Libertadores. Jorge Faurie, que tiene 50 años de trayectoria diplomática y llegó a ser canciller, ninguneó a la autoridad chilena y le subió la voz a los funcionarios que le explicaban el porqué de la revisión exhaustiva en la frontera.

La anécdota nos permite elevar la mirada sobre la relación entre ambos países, que estuvieron a punto de entrar en una guerra que no ocurrió gracias a gestiones del más alto nivel -incluido el Papa- y que terminaron en el Tratado de Paz y Amistad que en noviembre cumple 40 años.

Incidentes diplomáticos menores como este, o la filtración del audio del anterior equipo de Cancillería que pelaba al Embajador Bielsa, o el fallido nombramiento de Miguel Otero que renunció tras relativizar los horrores de la dictadura, o el escándalo de drogas y partusas de Oscar Spinoza Melo. Ninguno de esos hechos ha podido empañar el tremendo logro del tratado.

Gracias a el, generaciones de chilenos y argentinos crecimos sin miedo a un conflicto con nuestros vecinos. Lo que conviene ahora es resolver los dos temas pendientes que dejó ese tratado: Campos de hielo Sur y la Plataforma Continental Extendida.

Mientras más avanza la tecnología mejor se pueden trazar las líneas de frontera en un asunto que es estratégico, por los recursos que se encuentran en estos lugares.

¿Y cómo los resolvemos? La abogada internacionalista Paz Zárate propone que tomemos la iniciativa y llevemos el asunto a La Haya.

Por nuestro propio desarrollo económico y por las certezas requeridas en la relación bilateral, no es conveniente prolongar estas controversias.

Tags:

Deja tu comentario