Por Alfredo Joignant
{"multiple":false,"video":{"key":"yhr0ZF0QF8a","duration":"00:01:53","type":"video","download":""}}

El mundo está viviendo un año especial. En 2024 se pondrá a prueba, como nunca antes, la vitalidad de la democracia. Qué duda cabe: la democracia representativa se encuentra amenazada por gobernantes autoritarios elegidos por el pueblo que se caracterizan por utilizar y degradar las propias reglas de la democracia. Vaya paradoja: hasta hace poco (pensemos tan solo en las dictaduras latinoamericanas) se pudo dar la vida por la democracia, y hoy se puede horriblemente morir bajo esas mismas reglas.

Pues bien, en este año 2024 tendrán lugar alrededor de 80 elecciones nacionales, lo que corresponde a 4 mil 200 millones de personas y al 52% de la población del planeta: algo definitivamente extraordinario. Tan extraordinario que es un ciclo de participación electoral que, teóricamente, se repetirá en 2048. En todas estas elecciones, estará presente la amenaza de lo que Fareed Zakaria llamó, en 1997, formas de “democracia iliberal”.

En este ciclo, hay una elección particular que se presenta como la madre de todas las batallas electorales: entre el 6 y el 9 de junio, tendrán lugar las elecciones europeas en las que se elegirán a 705 diputados para conformar el parlamento europeo. En esta elección podremos aquilatar a escala continental la potencia de la extrema derecha.

La importancia de las elecciones que tendrán lugar en 2024 son de enorme relevancia: si Stefan Zweig pudo narrar 14 momentos estelares de la humanidad, lo que sucederá en 2024 bien podría ser otro momento estelar, para bien o para mal.

Tags:

Deja tu comentario