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“¿Qué nos pasó?” e el nombre de la columna que escribió el abogado y Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, para analizar la crisis social que se vive en el país.

El académico de la Universidad de Valparaíso sostuvo que el malestar se presentó de manera imprevista, pero que ocurrió porque éste “fue negado por toda las elites chilenas durante años”.

En conversación con Fernando Paulsen, Squella reflexionó sobre ello, expuso que la crisis es de carencia y analizó la tolerancia activa de la sociedad chilena.

Del mismo modo, resaltó que, debido a la crisis, nuevamente están surgiendo las conversaciones políticas.

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No se habla de política ni de religión, ese dicho es muy absurdo. Religión y política son cosas importantes. ¿Dividen? Claro que dividen, pero por qué le vamos a tener temor a los desacuerdos (…) Lo que sí hay que temer es que los conflictos deriven en la ley del más fuerte y que acaben resolviéndose por la ley del más fuerte”, dijo.

Además, expuso que es importante usar las instituciones para manejar las conversaciones, el desacuerdo y el conflicto. Pero al mismo modo, indicó que se debe ser capaz de producir nuevas instituciones “para un momento tan distinto, tan complejo como el que estamos viviendo”.

El académico, a su vez, fue enfático en señalar que la corrupción “es la mayor amenaza” y que la crisis se dio en ese marco.

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“Todo esto en Chile se dio en el marco de corrupción de la política, del empresariado, de los negocios, político empresarial, del fútbol, en dos ramas de las FF.AA., en las iglesias. Entonces, esta sociedad en muy poco tiempo tuvo que asimilar todas estas toxinas, no fue capaz de digerirlas, nadie es capaz. En consecuencia, esta sociedad mostró fiebre”, analizó.

Finalmente, se refirió al rol de un “líder” en la nación y afirmó que “no da para más este presidencialismo monárquico que tenemos”.

“Una de las reformas o cambios más importantes a la Constitución es terminar con ese presidencialismo exacerbado”, concluyó.

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