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La violencia contra las mujeres es una pandemia oculta, antes y durante la crisis sanitaria del COVID-19. El caso de Antonia Barra y la causa que se lleva adelante en contra de su presunto agresor, Martín Pradenas, ha puesto de manifiesto las falencias que tiene el sistema judicial para castigar a los agresores y entregar justicia a las víctimas.

Durante la formalización de Padrenas, los chilenos fueron testigos de cómo se revictimizó a Barra. Por ejemplo, el abogado defensor, Gaspar Calderón, utilizó estereotipos y argumentos sexistas contra la víctima y a favor de su defendido, planteamientos que el juez permitió.

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Sobre este tema, Matilde Burgos conversó con la abogada Elisa Walker.

“Este fenómeno no fue un hecho aislado. Lamentablemente, es la forma común en la que se abordan las investigaciones de delitos sexuales en el Poder Judicial. Es una dinámica que busca siempre revictimizar a la víctima”, aseguró la abogada.

Agregó que el sistema ha normalizado que, en vez de investigar al presunto agresor, investigue a la víctima. “Y lo que se enjuicia, efectivamente, es la actitud de la mujer. Que si ella había tomado, que cómo estaba vestida”, agregó.

Hay una carga cultural muy potente que se ve en  todo el sistema. No es un hecho aislado, y hace que las mujeres se inhiban de denunciar. ¿Para qué yo voy a denunciar un delito del cual soy víctima si al final me van a denunciar a mí?”, señaló.

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Los delitos de violencia contra la mujer y, en particular, la violencia sexual son complicados, indicó Walker. “Son delitos que se dan en la esfera de lo privado. En general, no hay testigos“, dijo.

Destacó que en este tipo de casos es necesario que la investigación y la causa judicial se siga con perspectiva de género, y coincide con lo dictado por la Corte de Apelaciones de Temuco. “Este no es un delito más, es un delito de violencia contra la mujer y, por lo mismo, hay que tener perspectiva de género, tanto para indagar los hechos como para resolver esta materia”.

En cuanto a lo qué significa aplicar la perspectiva de género en este tipo de procedimiento, la profesional explicó: “Lo que te permite entender es un ejercicio de poder, de violencia y de sometimiento en contra de las mujeres. Si no tienes esta perspectiva en mente, es difícil entender la dinámica en la que se realiza un delito como el abuso sexual o la violación. La perspectiva de género te da un sentido de realidad y eso te permite superar prejuicios“.

Sobre las condiciones del sistema judicial chileno para abordar delitos de género, la abogada señaló que la principal dificultad es la falta de formación en esta materia que tienen los funcionarios.

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Pese a que desde hace cerca de cuatro años existe una secretaría técnica de género creada por el Poder Judicial, los vacíos persisten.

“Es importante definir cuáles son las carencias específicas que tenemos para ver cómo mejoramos el sistema. Por ejemplo, que los criterios para aplicar las medidas de prisión preventiva, tal vez son adecuados, pero cuando estamos frente a delitos sexuales, como violación o abuso sexual, hay una resistencia mayor de parte del Poder Judicial de aplicar esos criterios“, indicó.

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