Por Paula Lepe

Según información recopilada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), el estallido social dejó al menos 460 víctimas de lesiones o trauma oculares. Natalia Aravena (26) es una de ellas.

El 28 de noviembre de 2019, la enfermera esperaba a un amigo para sumarse a una protesta convocada frente a La Moneda, cuando Carabineros empezó a dispersar a los manifestantes. Una bomba lacrimógena impactó en su ojo derecho y la hizo perderlo por completo.

Su experiencia la motivó a presentar su candidatura a constituyente por el distrito 13 (San Ramón, Lo Espejo, La Cisterna, Pedro Aguirre Cerda, El Bosque y San Miguel). Es la forma en que puede “encontrar un poco de reparación” y evitar que otras personas vuelvan a sufrir lo mismo, dice a pocos días de la histórica elección en entrevista con CNN Chile.

Salud mental y un “Estado cuidador”

Natalia es la única candidata víctima de trauma ocular que busca llegar a la Convención Constitucional. Aunque no pertenece a ningún partido, aceptó la invitación a ocupar un cupo de Convergencia Social (CS), en la Lista Apruebo Dignidad, porque “es un partido relativamente nuevo y no forma parte de esos partidos que nos mantuvieron en precarización y en vulnerabilidad durante estos últimos 30 años”.

Como enfermera, se especializó en salud mental y actualmente trabaja en una clínica psiquiátrica. El principal rol de su profesión es el cuidado, un principio que también destaca cuando propone un “Estado cuidador”, lo que define como “un Estado que se hace cargo de las necesidades básicas de las personas”.

Consciente de que la salud es uno de los principales focos a poner en la nueva Constitución, resalta también la importancia de visibilizar la salud mental: “la OMS recomienda que se destine dentro del presupuesto de salud un 5% a salud mental, mínimo. En Chile, hace muchos años atrás que se vienen acordando presupuestos que son alrededor del 2%, lo cual es muy bajo”.

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Sin embargo, aclara que tampoco “puede haber salud mental cuando dentro de la población hay hambre, cuando hay hacinamiento, exceso de carga laboral, cesantía y toda la carencia que hemos visto durante el manejo de la pandemia“.

Como integrante de la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular (CVTO), Natalia conoce de cerca el Programa Integral de Reparación Ocular implementado por el Gobierno, uno que dice que “ha funcionado pésimo”. 

Una de las principales dificultades es que las atenciones son proporcionadas en el Hospital del Salvador, ubicado en la Región Metropolitana. Acusa que “eso cuesta tiempo, dinero y calidad de vida, porque muchas personas son de regiones lejanas y deben viajar durante horas para ir a atenderse”. En la práctica, esto significaría que la mayoría de las víctimas de regiones no han podido acceder a atención psicológica. 

Además, reclama que el programa “no es integral”, como dice su nombre, “porque no envuelve todas las dimensiones en que nos hemos visto afectados”, incluidas las del ámbito social, como garantizar la continuidad de estudio u oportunidades laborales.

El futuro de Carabineros

El día en que una bomba lacrimógena le causó la pérdida de uno de sus ojos, su vida “cambió en 180º”. Siempre sintió una inquietud social, pero esta se vio exaltada por su experiencia. Pudo conectar con el Chile “que despertó” porque ella sufrió violencia estatal en su sentido más literal.

“Eso hizo que yo viviera esto desde una perspectiva distinta, que primero tuviera que preocuparme de mi recuperación física y psicológica, y luego de empezar a trabajar en organizaciones relacionadas a los Derechos Humanos, que es algo que ahora mueve mi vida y es la forma en que puedo encontrar un poco de reparación, haciéndome cargo de que otras personas no vuelvan a sufrir lo mismo“, expresa.

A nivel estatal, en cambio, “no podemos hablar de reparación cuando el Estado ni siquiera ha reconocido las violaciones a los DD.HH. que sus propios agentes cometieron contra nosotros”.

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El respeto a los Derechos Humanos forma parte importante de su programa y para garantizarlo, asegura, la institución de Carabineros “debe ser exterminada y sustituida”.

“Ya no hay confianza en Carabineros de Chile, perdió toda legitimidad. Yo creo que es una institución que en este momento debe ser exterminada y sustituida, y probablemente no tener rango constitucional, que es algo que nos ha impedido durante todo estos años hacer reformas significativas al funcionamiento de las policías”, argumenta.

En lugar de la actual institución, plantea dirigir los esfuerzos hacia “una policía que responda al orden civil, que no sea militarizada, donde los funcionarios tengan una formación psicológica, física y técnica que permita tener un perfil que sea compatible con el cargo”.

“Claramente, necesitamos que haya una institución que resguarde el orden y la seguridad, pero tiene que ser una distinta, y no puede seguir siendo Carabineros de Chile“.

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