Por Daniel Matamala
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Publicado por CNN

Una reacción improvisada provocó una visita improvisada que terminó muy mal. La dubitativa gestión del gobierno ante la crisis ambiental en Quintero y Puchuncaví tuvo su momento más complejo esta tarde, cuando el Presidente Piñera se enfrentó a la protesta de indignados vecinos al llegar al hospital de Quintero. Con la seguridad desbordada, lo que debía ser un hito para retomar el liderazgo de la crisis terminó mostrando a un gobierno en problemas.

Y eso agita fantasmas en el piñerismo. No hay que olvidar que los problemas de su primer gobierno partieron precisamente por la protesta social en regiones. Magallanes, Aysén, Tocopilla, Calama, Freirina, fueron algunos de los hitos de una ola de descontento que preparó el camino para la gran protesta estudiantil y que tuvo al gobierno a la defensiva durante buena parte de su mandato.

No se trata de que eso se vaya a repetir, sobre todo con movimiento estudiantil que hoy parece anémico. Pero sí que lo ocurrido en Quintero abona la percepción de una Moneda poco ducha al enfrentar el descontento social, con poca capacidad de maniobra para entender y prever estos escenarios.

Puede ser injusto, pero las percepciones políticas son así. Tal como el combate a la delincuencia y la creación de empleo suelen ser percibidos como puntos fuertes de la derecha, su sensibilidad social suele aparecer en la columna de los pasivos.

Por ahora es un hecho aislado. Pero sin duda lo ocurrido hoy debe encender una luz amarilla en un gobierno que hasta ahora ha tenido un camino bastante plácido en sus primeros meses de gestión.

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