La presidenta de la UDI visitó hoy a los presos de Punta Peuco, para verificar sus condiciones de salud y de reclusión. Acusó “falta de humanidad” en el trato que se da a reos de edad avanzada o enfermos, y pidió que ellos puedan terminar sus condenas en sus hogares.
Tiene razón la presidenta de la UDI al pedir un trato humanitario para esos reos, aunque ellos no hayan tenido ni una pizca de humanidad con sus víctimas. Precisamente porque una democracia tiene un estándar moral distinto a una dictadura, los derechos humanos de todos, incluso de los más atroces criminales, deben ser resguardados.
Sin embargo, junto con la legítima preocupación por los derechos de estos criminales, se sigue extrañando en la UDI un compromiso absoluto con la justicia en estos casos y una condena tajante e inequívoca, sin medias tintas ni justificación de contextos, de los atroces crímenes cometidos por esas personas.
También llama la atención que estas visitas no se repitan en otras cárceles del país, donde reos por crímenes mucho menos graves cumplen condena en condiciones infinitamente más duras y más degradantes que las de Punta Peuco. En un país donde un joven murió calcinado en la cárcel de San Miguel, cumpliendo pena por vender cedés piratas en la calle, ese compromiso con el trato humano en las cárceles, debería reflejarse en todos los casos.
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