Vía CNN Newsource

(CNN) – Trabajar cuatro días a la semana es una posibilidad que yace a la vuelta de la esquina. De hecho, un tercio de las empresas de Estados Unidos están explorándolo como alternativa.

El agotamiento -conocido también como burnout en inglés- es un problema tan grave entre los trabajadores, que algunos jefes se plantean reducir la duración de la semana laboral.

Esta semana, una encuesta de KPMG realizada a diversos directores ejecutivos (CEOs) reveló que un tercio (30%) de las grandes empresas de Estados Unidos están explorando nuevos cambios en los horarios de trabajo.

Entre ellos, semanas laborales de cuatro días o de cuatro días y medio.

Los resultados muestran cómo algunos jefes buscan formas de atraer y retener el talento en un mercado laboral que se mantiene al rojo vivo; y dentro del cual muchos empleados se sienten sobrecargados de trabajo y mal pagados.

En entrevista con CNN, Paul Knopp, presidente y consejero delegado de KPMG US, explicó que están ideando estrategias para averiguar los métodos óptimos, y desde aquella base, “seguir experimentando y pivotando”.

Muchos trabajadores han afirmado que les encantaría una semana laboral más corta.

Según una encuesta de Gallup publicada en noviembre del año pasado, el 77% de los trabajadores estadounidenses sostiene que una semana laboral de cuatro días y 40 horas tendría un impacto positivo en su bienestar. El 46% de ellos sostiene que el efecto sería  “extremadamente positivo”.

“Todavía está en fase de experimentación”

La buena noticia para los trabajadores es que algunos estudios sobre semanas laborales de cuatro días en Estados Unidos y Europa han encontrado resultados positivos para el bienestar y la productividad.

Sin embargo, según Knopp, afirmar definitivamente que este planteamiento está ganando terreno sería prematuro: “Es demasiado pronto para declarar que la semana laboral de cuatro días forma parte del futuro. Todavía está en fase de experimentación”.

Los CEOs, en tanto, aún tratan de entender cómo funcionaría este planteamiento, cómo repercutiría en la salud mental y física de los empleados y si reduciría los costes al crear entornos más saludables.

Algunas empresas que han probado implementar semanas laborales más cortas, han persistido en ello.

En el Reino Unido, la gran mayoría de las empresas que participaron en el mayor ensayo mundial de semana laboral de cuatro días continuaron permitiendo a sus empleados trabajar una semana más corta aún un año después. Más de la mitad, incluso dieron carácter permanente al cambio.

¿Acortará la IA la semana laboral?

Sin embargo, una semana laboral más corta podría no funcionar en todos los sectores.

Knopp plantea que, si bien una semana laboral de cuatro días podría tener sentido en los sectores de las finanzas, el marketing y otros trabajos de oficina, podría carecerlo en sectores como la sanidad, donde hay escasez de mano de obra.

“Si es que llegase a tener lugar, la semana laboral de cuatro días podría tardar años en volverse una regla general“, afirma. “Habrá empresas que experimenten discretamente con ella, pero en lo personal, no preveo una adopción generalizada en los próximos dos años”.

Sin embargo, dice que la inteligencia artificial puede ser una herramienta que permita a los jefes implementar semanas laborales más cortas, puesto que la tecnología debería volver más eficientes a los trabajadores.

La IA no sólo puede automatizar tareas mundanas y rutinarias como elaborar presentaciones o redactar correos electrónicos e informes: en el futuro, mejorará en actividades aún más complejas.

De hecho, la encuesta de KPMG reveló que el 61% de los directores ejecutivos estadounidenses animan a sus empleados a utilizar la IA generativa para automatizar tareas mundanas con el fin de aliviar el estrés y gestionar su carga de trabajo.

El inversor multimillonario Steve Cohen declaró este mes a CNBC que confía en la implementación de una semana laboral más corta, especialmente tras la irrupción de la inteligencia artificial.

Modelo híbrido: Llegó para quedarse

Y en lo que representa una victoria para los empleados, las compañías parecieran estar reduciendo sus exigencias en torno al regreso presencial a tiempo completo a las oficinas.

Sólo el 34% de los directores ejecutivos estadounidenses encuestados por KPMG han previsto que, en los próximos tres años, los trabajadores que tradicionalmente trabajaban en la oficina vuelvan al puesto de trabajo físico cinco días a la semana.

Esta cifra es inferior al 62% de hace tan sólo un año.

En cambio, el 46% de los CEOs ven que estos roles son híbridos (frente al 34% en 2023), y un 3% espera que sean completamente remotos.

“Las opiniones de los empleados no han cambiado. Quieren más flexibilidad. Ahora hay más reconocimiento por parte de los directores ejecutivos respecto de que lo híbrido está aquí para quedarse“, finalizó Knopp.

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