Foto: Agencia UNO

El pasado 30 de diciembre, cuando un pequeño grupo de personas llegó al hospital de Wuhan, en China, con síntomas similares al SARS, uno de los médicos, Li Wenliang, advirtió a sus colegas que podía tratarse de una variante de coronavirus, una gran familia de COVID que incluye problemas respiratorios agudos.

El profesional, que fue acusado de difundir rumores y luego falleció a raíz de la enfermedad, no sólo acertó en su diagnóstico, sino que también predijo que se trataba de un virus altamente contagioso. Incluso, a través de la app de mensajería china WeChat, recomendó a sus cercanos usar mascarillas, mantener la distancia y lavarse las manos.

Pocas semanas después, China reconoció ante la OMS que se trataba de un brote infeccioso y que podía propagarse por el mundo. Recién a fines de marzo, el organismo calificó al COVID-19 como una pandemia.

Hoy, con más de 7 millones de contagiados y cerca de 404 mil muertos a nivel mundial, sabemos que el virus se transmite de persona a persona y, por ello, las medidas de prevención sustentadas en la higiene son fundamentales.

Lee también: ¿En qué va la vacuna contra el COVID-19? Expertos creen que estará lista a principios de 2021

¿Basta con lavar las manos?

Desde que el virus comenzó a expandirse por todos los continentes, las recomendaciones de las autoridades han sido mantener el confinamiento o la mayor distancia social posible, usar mascarillas y lavar las manos con agua y jabón

Sin embargo, esto no es suficiente. De acuerdo a diversos estudios realizados por connotadas universidades, el COVID─19 puede sobrevivir por horas ─e incluso días─ en superficies u objetos. Algunas de las estimaciones científicas indican que puede permanecer por 72 horas en plástico, 48 horas en cartón, 24 horas en el hierro y hasta 4 días en maderas, todo dependerá del tipo de superficie, la temperatura y la humedad del lugar en que se encuentre.

Para desinfectar estos espacios, sobre todo ahora que muchos destinan un lugar de sus hogares al teletrabajo, los expertos recomiendan usar alcohol, una solución clorada o, si se trata de espacios industriales, amonio cuaternario por lo bajo, aunque existen otras soluciones que permitirían mantener desinfectadas las superficies de espacios bien concurridos, por mucho más tiempo.

“Es importante entender que hoy más que nunca la limpieza no sólo es mantener los espacios con buen olor y buena apariencia. Ahora se requiere sanitizar y hacerlo de la forma correcta, tanto en el hogar como a nivel empresarial”, señala Eduardo Olmedo Prado, director de ViaSolution.

Lee también: Investigación de Harvard dice que el coronavirus podría haber comenzado a circular en agosto de 2019

Limpiar no es lo mismo que desinfectar

Por estos días, mantener las casas libres de coronavirus es todo un desafío. Y es todavía más difícil lograrlo en aquellas empresas que siguen funcionando, ya sea porque son consideradas de primera necesidad o porque están ubicadas en zonas libres de cuarentena obligatoria.

Por eso, además de otras medidas de prevención, algunos supermercados o farmacias han optado por cerrar sus puertas en un horario determinado, con el fin de desinfectar los espacios. Otras empresas están ocupando túneles sanitizadores en las entradas o, simplemente, aplicando amonio cuaternario en los espacios comunes. Pero, ¿es lo correcto?

“Muchos de los desinfectantes, como el cloro y los amonios, pierden efectividad si la superficie está sucia con materia orgánica, por ejemplo, restos de comida. Un buen aroma no es más que un buen uso de odorífico, pero no implica que la superficie esté limpia y sanitizada”, explica Eduardo Olmedo Prado, director ejecutivo de ViaSolution.

En ese sentido, la correcta higiene de los espacios no sólo implica un esfuerzo adicional, sino también un gasto extra. Tanto las personas como los empresarios se han visto obligados a sumar nuevos productos o servicios de limpieza a sus presupuestos, debido a que ya no sólo se trata de un tema cosmético, sino que de salud pública. Y hay que tener en cuenta que, mientras la pandemia no se controle, estas medidas deberán extenderse en el tiempo.

Lee también: Diario Oficial publica protocolo que obliga a contactos estrechos de COVID-19 a hacer cuarentena pese a resultado de PCR

“Una vez que se retome el funcionamiento de los recintos públicos, las administraciones tendrán que incorporar protocolos de desinfección con productos apropiados, como cloro, alcohol, amonio u otros. Esto implica estar constantemente realizando procedimientos de sanitización para minimizar las ‘lagunas de desinfección’, es decir, los tiempos transcurridos entre cada aplicación. Naturalmente, eso implica un costo extra, que se traduce en mayor cantidad de mano de obra y capacitación para el personal a cargo”, indica Eduardo Olmedo Prado.

Y así como cambiaron los hábitos de compra que tenían las familias ─y hoy consideran mayor cantidad de cloro gel o alcohol en spray─, también las empresas modificarán sus inversiones, con el fin de entregar seguridad a sus trabajadores y clientes. En el mediano plazo, el presupuesto no sólo tendrá que considerar productos sanitizantes, sino también tecnologías que complementen el proceso de desinfección.

“El mundo empresarial va a tener que incorporar técnicas que, aunque no son nuevas, antes no se evaluaban, porque se consideraban un costo sin retorno. Existen tecnologías capaces de eliminar los ‘tiempos muertos’ entre desinfección, como son los recubrimientos activos, que utilizan nanopartículas de cobre, nanopartículas de titanio, amonios cuaternarios con efecto residual de largo plazo, entre otros”, finaliza Eduardo Olmedo Prado, líder de ViaSolution.

Tags:

Deja tu comentario