En medio de la crisis de las isapres tras el fallo de la Corte Suprema en el cual estableció una única tabla de factores y restituir los cobros en exceso, Banmédica anotó cifras en rojo.

Según reportó el holding de salud, el año pasado cerró con pérdidas de $8.291 millones, menores en comparación al 2021, que fue por $9.037 millones. Estos resultados presentaron un mejor desempeño “producto de mayores ingresos hospitalarios en las filiales de Chile”, provenientes de las clínicas Santa María, Dávila, ciudad del Mar, Biobío. Además, de Vidaintegra y Help (en Perú).

Los ingresos de esta aseguradora privada aumentó desde $932.636 millones en 2021 a $1.120.792 millones.

Entre los balances positivos destacaron los seguros de salud, así lo reportó la empresa controlada por el grupo estadounidense UnitedHealth Group, consignando que los “mayores ingresos operacionales” son de las filiales de Chile, Perú y Colombia.

Según el balance global, el segmento de seguros de salud aumentó sus ingresos totales desde 1.385.369 millones a $1.570.019 entre 2021 y 2022.

No obstante, lo anterior contrastó con indicadores en cuanto a deudores comerciales y otras cuentas por cobrar, que suman un monto de $9.087 millones, “principalmente de filiales en Chile”, compuesta por las isapres Banmédica y Vida Tres, como por concepto de cuentas comerciales y otras cuentas pendientes por $22.038 millones.

Entre los factores, reportó el Diario Financiero, se deben por “un aumento en prestadores médicos por pagar, subsidios por pagar, excedentes, siniestros y por cotizaciones / primas por regularizar”. Además, la aseguradora de salud privada reportó que la incobralidad de los deudores comerciales ascendió a $108.910 millones al 31 de diciembre de 2022.

Sobre los estados financieros, empresas Banmédica reconoció que “las isapres y el financiamiento de sus operaciones en curso están sujetos a una incertidumbre material producto del fallo de la Corte Suprema y a la imposibilidad de conocer a esta fecha los potenciales impactos de las instrucciones que debe emitir la Superintendencia de Salud para determinar el precio de los contratos de salud y la eventual restitución de las diferencias resultantes a los afiliados”.

Y ahondó que la “la Superintendencia de Salud no ha informado cuál será dicho mecanismo y, en consecuencia, las isapres no pueden determinar de manera fiable cuál sería el eventual monto de las diferencias de precio a restituir a sus afiliados, y el potencial impacto que esto podría tener en el cumplimiento de los indicadores regulatorios, en caso de existir”.

La principal preocupación concluyó la aseguradora de salud privada que “estos eventos o condiciones pueden generar una duda sustancial acerca de la capacidad de las isapres para continuar como un negocio en marcha”.

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