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Las altas temperaturas marcan cifras pocas veces vistas en el torneo.
El francés Jo-Wilfried Tsonga demostró el intenso calor de más de 40° que deben soportar los tenistas en el primer Grand Slam del año, temperatura capaz de, literalmente, freír un huevo en plena cancha.
Durante la jornada, los partidos estuvieron suspendidos por 4 horas salvo aquellas canchas que contaban con techo retráctil. Hasta el momento, ya van nueve jugadores que no han podido terminar sus partidos, ocho hombres y una mujer.
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