La selección obtuvo la victoria en cinco de los seis últimos partidos, logrando el objetivo histórico de ir por primera vez a un segundo mundial consecutivo.
El arranque, en ese entonces bajo la tutela de Claudio Borghi, no comenzó como la mayoría deseaba. Las derrotas ante Argentina y Uruguay hicieron pensar que el nivel del equipo había disminuido considerablemente tras el proceso anterior. Más aún, las irregularidades se agudizaron con la marginación de Jorge Valdivia, Jean Beausejour, Arturo Vidal, Gonzalo Jara y Carlos Carmona, quienes llegaron en condiciones “inadecuadas” a una concentración. Sin embargo, el jugador de la Juventus fue indultado, pudiendo así participar en los siguientes encuentros de visita ante Bolivia y Venezuela, consiguiendo sólidos triunfos.
De ahí en adelante comenzó el peor momento de “La Roja”. Tres derrotas seguidas, ante Colombia, Ecuador y Argentina, marcaron la salida del “Bichi” como director técnico del combinado nacional, quien sólo logró un 44% de rendimiento positivo en nueve encuentros validos en estas eliminatorias.
Ante las críticas por el bajo rendimiento y la falta de disciplina, la ANFP buscó revertir esta situación contratando al rosarino Jorge Sampaoli , quien tuvo un exitoso paso por la banca de la Universidad de Chile, incluyendo la Copa Sudamericana 2011, el primer título internacional de importancia para los universitarios.
Con varios partidos decisivos por disputar, Sampaoli logró devolver la intensidad ofensiva al equipo, además de recuperar el nivel de Eduardo Vargas y Arturo Vidal, además de consolidar el trabajo realizado por Marcelo Díaz, Gary Medel, Marcos González y Claudio Bravo como figuras excluyentes, obteniendo un 76,2 % de rendimiento en siete encuentros oficiales.
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