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Pese a lo dramático de las imágenes en Daytona, Austin Dillon salió con unos golpes menores.

Las carreras de velocidad, sea la competencia que sea, dejan de vez en cuando accidentes que parecen salidos del cine. Por fortuna, en la actualidad es difícil que los pilotos salgan mortalmente heridos, gracias al avance de la tecnología en materia de seguridad.

Y a ello parece ser a lo que debe dar gracias Austin Dillon, que el pasado domingo por la noche se vio envuelto en un dramático accidente en la Nascar, donde su auto chocó, voló por los aires, se estrelló contra una reja de seguridad, terminó de cabeza en el asfalto y finalmente fue impactado por otro bólido.

Tras segundos de tensión, el piloto salió caminando por sus propios medios y fue llevado a la asistencia del circuito, donde sólo se le diagnosticaron lesiones menores.

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