El escritor Russell T. Davies se ha movido a la perfección entre la ciencia ficción de Doctor Who y Torchwood y los dramas centrados por personajes como Queer as Folk, pero ha encontrado una manera increíble de casarse con esos géneros en Years and Years, una serie de la BBC cuyo distópico futuro próximo puede resonar, en círculos selectos, tanto en Europa como América.
Lo que Davies ha hecho, esencialmente, es combinar una telenovela familiar con elementos de Black Mirror.
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HBO está transmitiendo este provocativo drama de 6 episodios cuya trama se inicia en 2019, luego se adelanta varios años para encontrar al mundo agobiado por movimientos nacionalistas conservadores y, sí, un segundo mandato de Donald Trump como presidente de EE.UU.
La clave de ese concepto es ver todo esto desplegado a través de las pruebas y tribulaciones de una familia, los Lyons, un clan que sigue la política muy de cerca y, ocasionalmente, se encuentra en el lado equivocado, incluida la legislación anti-gay que afecta directamente a la vida de uno de los hijos mayores (Russell Tovey).
Como lo señala la familia, Estados Unidos, de todos los lugares, se encuentra repentinamente en su lista de preocupaciones, aunque el programa también registra niveles crecientes de locura en el Reino Unido.
Específicamente, una celebridad convertida en demagoga política, Vivienne Rook (una brillante Emma Thompson), se impulsa a la prominencia nacional al decir cosas extravagantes: el tipo de comportamiento errático y provocativo que es un regalo para los medios.
“Solo estás diciendo palabras”, un candidato rival se maravilla cuando Rook maneja el concepto de aranceles, nada menos, durante un debate televisado. Un tipo de golpe vergonzoso que de alguna manera logra contorsionar en su propio beneficio.
A medida que avanza el espectáculo, hay una creciente sensación de caos, ilustrada a través de clips rápidos de fallas bancarias y tensiones internacionales. Al mismo tiempo, la familia atraviesa crisis más convencionales, algunas relacionadas con la agitación general, como las finanzas tensas del hijo mayor Stephen (Rory Kinnear), que eventualmente comienza a afectar su matrimonio.
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En el camino, Davies incorpora una gran cantidad de lo que se siente como una tecnología de cinco minutos en el futuro, incluidos los teléfonos celulares que se implantan quirúrgicamente en la mano del usuario.
La yuxtaposición de lo personal y lo público, lo macro y lo micro, no siempre encaja a la perfección, pero siempre es estimulante.
Years and Years claramente quiere ser inquietante, para brindar un sabor de pesadilla y mostrar en que podría terminar el Brexit, las elecciones de 2016 en EE.UU. y la crisis de refugiados en Europa.
La serie no será para todos y obviamente no está destinado a serlo. Davies está hablando con aquellos que se mostrarán receptivos ante las dudas del programa. Y para esa audiencia, es el tipo de programación que hará que las personas hablen, incluso quienes no están interesados, terminarán enganchando.
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