The Walt Disney Company/EFE

Personajes como Mickey y Minnie Mouse son un ícono infantil y familiar para cientos de millones de seres humanos alrededor del mundo. Y hablar de ellos es hablar de Disney, alma máter de dibujos animados que han pasado a la historia y no distinguen edades, idiomas, culturas ni límites geográficos.

Hoy, resulta una misión casi imposible encontrar a alguien que no haya vestido alguna vez una prenda de ropa con el rostro de algún personaje creado por la compañía, jamás haya mirado una de sus películas o no reconozca sus nombres al verlos.

Tanta masividad provoca que, a ratos resulte fácil olvidar que todo comenzó a partir de la imaginación de una sola persona. Esta es la historia de Walt Disney, un hombre que hizo de su apellido no sólo una marca, sino un imperio.

Sus primeros años: Amor por el dibujo y vocación patriótica

Walter Elias Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, llinois.

Su padre, Elias Disney, era irlandés-canadiense y su madre, Flora Call Disney, tenía ascendencia germano-americana. Walt fue el cuarto de cinco hermanos, cuatro niños y una niña.

De acuerdo a los Walt Disney Archives de D23, su interés por el dibujo surgió a muy temprana edad: con sólo siete años empezó a vender sus primeros bocetos entre los vecinos de la granja de su familia cerca de Marceline, Missouri.

En 1917 ingresó como alumno de enseñanza media (secundaria en Estados Unidos) al instituto McKinley de Chicago, donde fue parte del equipo colaborativo del diario escolar como dibujante y fotógrafo. Destacó por el tono político tras su arte, en la cual solía honrar el papel de Estados Unidos en la I Guerra Mundial.

Además, estudiaba en modalidad vespertina en la Academia de Bellas Artes de Chicago para convertirse en caricaturista.

Un año después, se salió del colegio para intentar enrolarse en el servicio militar, y aunque lo rechazaron debido a su edad -tenía sólo 16 años-, eso no detuvo su gran vocación patriótica. Había oído hablar de una unidad de la Cruz Roja que acogía a jóvenes de 17 años, y supo que era para él.

Allí sí lo aceptaron, pero no fue fácil: tras convencer a su madre de firmarle la solicitud de pasaporte, falsificó su año de nacimiento y lo adelantó un año.

Como voluntario, lo enviaron a Francia, donde formó parte del cuerpo de ambulancias.

Walt Disney conduciendo ambulancias como voluntario durante la I Guerra Mundial. (Créditos: Chicago Red Cross Stories/Dominio público)

Tras la guerra, Walt regresó a Kansas City, donde comenzó su carrera como dibujante publicitario. En 1920, creó y comercializó sus primeros dibujos animados originales, y más tarde perfeccionó un nuevo método para combinar la acción real y la animación.

Su primera caricatura animada

De acuerdo a Walt in Wonderland, un libro en el que Russell Merritt y J.B. Kaufman reflejan la historia de las primeras animaciones mudas de The Walt Disney Company, el mito que dice que “todo comenzó con un ratón” no es cierto.

En realidad, todo comenzó con una niñita.

La serie de películas mudas Alicia, protagonizadas por una niña de carne y hueso que se aventura en un mundo de dibujos animados, se convirtió en la base de la carrera de Disney.

Según resquicios del Festival de Cine Mudo de San Francisco, las decisiones tomadas en la producción de estas películas cimentaron el estilo, negocio e incluso vida de su autor.

Cuando se estrenó la primera de las películas de Alicia en 1923, Disney tenía 21 años y empleaba a un grupo de artistas adolescentes en una antigua oficina inmobiliaria de Kansas. Para el último capítulo de la serie, en 1927, ya dirigía el Walt Disney Studio de Hyperion Avenue, en Los Ángeles, un gran estudio diseñado específicamente para la animación.

Mickey no fue el primer personaje animado que creó

Cansado de mezclar animación y realidad, el artista decidió que sólo quería enfocarse en lo primero.

Y dado a que la nueva estrella no podía ser un felino -ya existía el Gato Félix y tenía gran impacto cultural-, en 1927, Walt Disney dio vida a Oswald, el Conejo Afortunado.

Un pequeño animal con el que el propio Mickey Mouse guarda gran parecido físico, pero no sin razón.

Dado a que el personaje era propiedad de Universal, no suya, Walt necesitaba a un nuevo personaje que le perteneciera por completo. Así nació el querido ratón Mickey.

¿Su cuerpo fue congelado?

En redes sociales llegó a difundirse la “noticia” de que el cuerpo del productor se conservó criogénicamente -es decir, se congeló-, y se haría un esfuerzo por revivirlo en torno al próximo aniversario de su fallecimiento.

Caroline Quinn, directora de comunicaciones del Museo de la Familia Walt Disney, explicó que este era sólo uno de los numerosos rumores “salvajemente falsos” sobre la muerte de Walt Disney.

“Puedo confirmar que Walt falleció el 15 de diciembre de 1966 de un colapso pulmonar circulatorio agudo en el Hospital St. Joseph de Burbank, California”, explicó a la sección de FactChecking del medio AFP, en 2021.

“Dos días después, Walt fue incinerado e inhumado en el Forest Lawn Memorial Park de Glendale, California. Como su muerte fue tan repentina tras el descubrimiento muy reciente de un tumor del tamaño de una pelota de golf en su pulmón izquierdo, Walt tuvo poco tiempo para considerar o discutir el final de su vida con otras personas”, agregó.

Además, dijo que hasta el día antes de morir, Walt Disney “seguía dedicando gran parte de su tiempo y energía a la planificación de Walt Disney World en Orlando, Florida, desde su cama de hospital”.

Otras curiosidades sobre Walt Disney

Tags:

Deja tu comentario