Luna Marinetti (28) recuerda muy bien el momento en el que decidió dejar la universidad para, en sus propias palabras, “tirarse desde un precipicio y sin paracaídas”.
Estaba terminando un trabajo junto a un compañero de generación y en el computador se empezó a proyectar el último video musical de Dua Lipa.
Quedó completamente hipnotizada frente a la pantalla.
Se dijo a sí misma que aquel no era su lugar. Su verdadera pasión se hallaba en la música, no en el academicismo y todavía menos en la ciencia exacta.
“Quiero estar arriba de un escenario, quiero estar creando, usando mi imaginación”, recuerda haber contemplado.
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No fue una decisión fácil: cursaba ya tercer año de la carrera de nutrición en la Universidad del Desarrollo y formaba parte del selecto grupo estudiantil con mejor desempeño de la generación.
“Cuando a uno le va bien en la universidad, se quiere quedar. Porque es un estímulo que te lleguen buenas notas, que los profesores te quieran, que te digan: pero cómo te vas a salir, si te va súper bien‘”, admite.
Sin embargo, lo hizo. Durante la pandemia, Luna canalizó su creatividad en la composición de una serie de canciones que comenzaron a ver la luz en 2022.
Y hoy, ad-portas de lo que será el lanzamiento de su disco debut, no se arrepiente: “Ha valido la pena. Después de varios años. Así que insistan, chicos, que la música es muy linda“.
Las influencias musicales de Luna
Aunque nació en Estados Unidos, sus raíces chilenas e italianas se entrelazan en su identidad artística.
Creció en un entorno familiar en el que siempre reinó la variedad sonora. En su casa se oía desde ópera hasta folklore chileno, canzone italiana, brit-pop y rock en español.
Sus primeras influencias, que incluyen a artistas como Black Eyed Peas, Earth Wind & Fire, CHIC y Rihanna, fueron moldeándole la perspectiva artística.
Su conexión con la música, en tanto, se profundizó aún más gracias a su hermano Dante, DJ profesional que la acompañó en la producción de los primeros covers que lanzó en sus redes sociales.
Este abanico de influencias se manifiesta en sus sencillos (Saona, Tiriki Tata, AFRODISIÁ, XXXPRESSO, Síntoma, TOP 3, Hasta que salga el sol y Be Alright), donde el bossa nova, el funky y la música brasileña se entrelazan en el sonido, creando una propuesta fresca y contemporánea.
El arte visual de la época disco, en tanto, caracterizada por luces brillantes, colores llamativos y un ambiente festivo, también ha dejó huella en la visión que busca plasmar en sus proyectos audiovisuales.
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Destaca, por ejemplo, la influencia de Diana Ross y Donna Summer: “Todo ese ángel que tenían estos artistas durante la época disco me influyó muchísimo en la estética”.
Colaboraciones y escenarios soñados
Le fascina Anitta, alaba su soltura sobre el escenario y la conexión que mantiene con sus fans. Quiere replicar algo similar con su comunidad, porque le gusta ese feedback en torno a qué gusta y qué no. Y a nivel nacional, no lo piensa dos veces antes de mencionar a Joe Vasconcellos.
“Me encanta desde muy chiquitita”, confiesa. “He escuchado todos sus discos, porque mis papás eran fanáticos y me acuerdo que una vez lo vi cantar en vivo -tenía como ocho años- y me enamoré de su música, de su estilo, de su mensaje”.
También muestra su admiración por varias artistas femeninas emergentes, como Soulfia, AKRIILA y Loyaltty.
Otros de sus sueños son pisar tres escenarios distintos: el Festival de la Canción de San Remo, Lollapalooza y el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
Próximos lanzamientos: Música con buenas vibras
Desde fechas de lanzamiento hasta eventos clave, el número 19 ha desempeñado un papel fundamental en su carrera. Y acaba de volverlo su amuleto, pues se predispuso a compartir con el público una nueva canción el 19 de cada mes.
Pero no es una cábala sin sentido. Cada canción va impresa de un significado propio, con letras escritas por ella misma.
Luna realza la importancia de la autenticidad en su proceso creativo y toma la escritura como un acto de desahogo, “de botar todo eso para que mi mente quede un poco en blanco”.
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Esta travesía, alimentada por cuadernos que, desde temprana edad, han cumplido una función similar a la de los diarios de vida, llegará a través de composiciones que reflejan no solo sus vivencias actuales, sino también momentos significativos de su pasado.
Así, en el panorama musical chileno, Luna se erige como una figura que no solo busca entretener, sino también transmitir un mensaje.
Sin embargo, uno de sus objetivos es claro: “Quiero hacer música para que la gente se suelte, la escuche, se olvide un ratito; aunque sea en los 2:50 minutos que dure la canción y bailar un rato“.
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