Desde gatos siniestros hasta criaturas mitológicas de origen incierto, "Bestiario del miedo" reúne cuentos clásicos del terror donde los animales —reales o imaginarios— encarnan lo más profundo del miedo humano. En conversación con CNN Chile, Lala Toutonian comparte el proceso de traducción, selección y sentido de esta antología única, revelando cómo un proyecto editorial puede transformarse también en una experiencia vital.
Desde una bestia marina anfibia que habita en los pantanos y lagos de Australia hasta un cuervo misterioso y espectral —curiosamente hablador— que se instala en el busto de la puerta de un solitario, el libro el Bestiario del Miedo, una antología de cuentos de terror, recoge los relatos más escabrosos e interesantes protagonizados por criaturas reales o imaginadas.
En una entrevista profunda y por momentos íntima con CNN Chile, Lala Toutonian —periodista, traductora y entusiasta de la literatura— revela los detalles de su más reciente trabajo; una interesante antología, publicada por Minotauro (Planeta Chile), que reúne obras de escritores como Edgar Allan Poe, Bram Stoker y Rosa Campbell.
La comunicadora trasandina también se prepara para la creación de otros cuatro libros recopilatorios del mismo género, que pretenden acercar el miedo y la literatura universal a los hogares de lectores latinoamericanos.
Bestiario del Miedo: Una puerta que se abre ante la oscuridad
Su entusiasmo por la traducción literaria, la elección temática y el enfoque con que abordó cada cuento dan cuenta de una sensibilidad afilada y una ética profesional que equilibra el rigor con la pasión.
Traducir los cuentos y crear esta obra “fue un gran desafío y sobre todo me encantó hacerlo. Disfruté enormemente lo que es hacer esta traducción literaria, digamos”, dice Toutonian, dejando en claro que esta no fue una tarea menor, sino un trabajo donde confluyeron años de lecturas, reflexiones y conversaciones clave.
La idea fue de Juan Manuel Silva, editor de Planeta y amigo personal, con quien Toutonian ha compartido otros proyectos editoriales.
Ella relata que la propuesta le pareció “excelente”, y así comenzó un proceso de traducción cargado de decisiones estilísticas, preguntas éticas y ajustes de tono.
¡Un poco de contexto y acción!
Toutonian no proviene del mundo de la traducción profesional, pero sí de uno igualmente exigente: el periodismo y la edición.
“Yo soy periodista originalmente. Todo lo que refiere al trabajo editorial, pues la verdad que medio que he recorrido y sigo recorriendo cualquier área del mismo”.
Sin embargo, la traducción siempre fue un interés latente. Desde sus años adolescentes, leyendo literatura japonesa, que era traducida del japonés al francés y luego al español —según resume—, ya sentía el “fantasma de Borges” sobrevolando la lectura y la pregunta esencial: ¿qué se pierde en una traducción?
La mirada crítica y generacional de Toutonian sobre la traducción se evidencia en sus decisiones como traductora.
“Soy muy crítica de las traducciones, me enojan mucho un montón de cosas”, confiesa. Una de sus preocupaciones centrales fue la adecuación de la voz: evitar traducciones con tono demasiado rioplatense, pero también trabajar con precisión la diversidad idiomática de los textos originales.
“Él fue fundamental en este proceso de trabajo… hablando como hablan los chilenos, hablando como hablamos los argentinos, unir eso, trabajarlo muy bien”, añade.
Cuenta también que uno de los apoyos más importantes en el proceso fue Mariana Enriquez, escritora clave en el auge reciente del terror en español.
“Me marcó tips muy particulares. Yo le había pasado los primeros dos o tres cuentos que había traducido y le pedí una devolución”, indicó la traductora.
Una selección que reúne autores conocidos y cuentos trascendentales: ¿A qué responde (y a quién)?
En cuanto a la selección de los cuentos, Toutonian revela que el criterio fue híbrido: gusto personal, peso literario de los textos y una coherencia temática centrada en los animales como eje de lo ominoso.
“Juanma me dijo, ‘¿Podrían ser animales?’ Y dije, ‘Sí, inmediatamente.’ Es género de terror, hagámoslo sobre animales o monstruos, ¿no?”.
Así nació esta suerte de zoológico oscuro, donde gatos, criaturas marinas, conejos mitológicos y, por supuesto, la infaltable pata de mono tienen su lugar.
Y bueno, las libertades creativas no estuvieron exentas, después de todo la traducción corre por cuenta de Toutonian, ¿no es así?
La misma comunicadora así lo admite sobre el cuento La Pata de Mono: “Me tomé el atrevimiento de cada vez decir la pata de mono”.
Es que cuenta que en el escrito original, se le mencionaba a lo que es el origen del miedo y el ministerio en la narrativa, como un “objeto” o simplemente la “cosa”.
“Me pareció que le estaba dando más fuerza”, sostiene.
La reflexión sobre la atmósfera y la sensorialidad también es clave en su trabajo como traductora: “Había mucho olor”, remarca sobre uno de los cuentos más complejos (no se mencionará el nombre, para incentivar la lectura).
El compromiso fue total, incluso en los momentos de duda, como con el célebre poema “El cuervo” de Poe: “Es poesía, la poesía ya tiene otro ritmo. Era como demasiado para mí, o sea, no me sentía ni a la altura ni quería comprometerme”.
Pero finalmente, lo hizo de todas formas.
“Le dije a Juan: ‘Mirá, no lo voy a traducir’… era como demasiado para mí… Ahí Juan me insistió… y la verdad que me encantó hacerlo”, indicó.
Una pausa del mundo actual: Una desaparición silenciosa
La experiencia de traducción fue, además, transformadora en su propia práctica de escritura. Lala cuenta que optó por “desaparecer” (apagó todo, dejó de ingresar a redes sociales y no recibía llamados, a menos que fueran de suma importancia) durante su trabajo de traducción. Lo suficiente llamativo so se tiene en cuenta los tiempos en el mundo editorial.
“Encontré una forma de trabajar extraordinaria que ahora la estoy aplicando al resto, ¿sabes?” En medio del ruido digital cotidiano, el proceso la llevó a recluirse, a trabajar en silencio, casi como un acto de invocación”, asegura, confiada, indicando que los seguirá replicando en futuros trabajos.
El terror gusta, ¿pero cuáles son las proyecciones del estilo recopilatorio?
La antología, que ya está teniendo buena recepción, no será un caso aislado.
Toutonian revela que se están preparando más títulos para formar una colección: “Ya los tenemos pensados y Mariana me está ayudando también a pensar. Vamos a hacer una colección de varios libros con distintas temáticas”.
Al menos cuatro son los proyectos que prevé, en el mismo género y estilo, pero con diversas temáticas.
La comunicación del terror: Periodismo y literatura en su obra
Y es que el valor del libro no reside solo en lo temático o en el rescate de autores clásicos del terror anglosajón. Está también en cómo se plantea una lectura contemporánea, inclusiva, sensible a lo políticamente incorrecto de otros tiempos.
Esto, Lala lo sabe muy bien, y explica de qué forma su formación como periodista pudo valerla para diferenciar la retórica de la literatura original, adaptándola al mundo actual.
“Había cosas que me parecían políticamente incorrectas a hoy día, ahí busqué justamente dentro lo que es mi trabajo de periodista, encontrar otro tipo de retórica”.
Bestiario del Miedo no es solo una muestra de relatos bien traducidos, sino también una forma de relectura crítica de los clásicos, pensada desde el sur del mundo, desde una mirada atenta al lenguaje, a la atmósfera y, sobre todo, a los lectores.
“Mi intención es que se acerquen a leer estos cuentos, que los descubran quienes no los conozcan, que los redescubran quienes sí, que sumen algo nuevo en sus vidas”, cierra Toutonian.
Un deseo simple, y al mismo tiempo inmenso.