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Pasado el mediodía del lunes 6 de agosto, en el centro cultural de la compañía Gran Circo Teatro se realizó un punto de prensa para anunciar que el Ministerio de las Culturas financiaría siete funciones de “La Negra Ester” en el marco de la celebración de su aniversario 30.

Estrenada en 1988, el éxito de “La Negra Ester” es comparable al de “La pérgola de las flores”, la obra que se ha mantenido por 30 años en cartelera.

Conocido por sus penurias en San Antonio, Roberto Parra escribió sus desventuras en un relato en décimas, con 97 estrofas en las que el cantautor cuenta su historia en la década del 40. Así, 30 años después de terminarlos, se llevó al teatro.

José Luis Brito, director del Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio, lleva un tiempo preparando el libro “San Antonio, a 200 años de la Independencia: una exploración a su historia y geografía”, en el cual el personaje más icónico de la ciudad no puede faltar.

La trabajo de José Luis, tras más de un año de investigación, dio con una fotografía de la Berta Ovando Rojas, la negra Ester, encontrando la primera prueba de que el personaje no es ficción.

El 2 de septiembre, el elenco de la Negra Ester realizó el ensayo general de la obra antes de la primera de dos funciones en el Teatro Nescafé de Artes. Son 15 artistas sobre el escenario para una obra en la que los músicos deben interactuar con los actores.

Fernando Pereira, músico de profesión pero con amor por el oficio callejero, se integró a la obra hace casi una década como músico estable. Su llegada al montaje grafica el espíritu del equipo de la Negra Ester.

Uno de los personajes más entrañables está la “japonesita”, una prostituta del Luces del Puerto, la casa en la que trabajaban, las prostitutas más demandadas, según lo cuenta Roberto Parra.

“Cancha Tiro y lado” es un grupo de cueca de San Antonio. Uno lo puede encontrar tocando por el puerto sin importar la fecha. Son un ejemplo de las que el puerto no ha perdido. A casi medio siglo de la debacle del “Luces Del Puerto”,el escenario en que desarrolla la Negra Ester, estos jóvenes interpretan un pieza como se hacía en los tiempos de “oro” del prostíbulo.

Rosa Ramírez junto a su hijo Andrés Pérez son quienes más conocen los detalles del montaje. La actriz y ahora directora, junto a Mauricio González, el productor de la compañía, son los grandes responsables de mantener la mística de la obra.

La primera función ha repletado el Nescafé de Las Artes, y de las siete funciones que se habían cerrado a principios de agosto ,ahora son quince, dando un impulso a una gira en la que celebran los 30 años de una de las historias de que marcaron el país post dictadura.

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