Por Camila Morandé
(Agencia Uno/Instagram @javiera_contador)

Javiera Contador forma parte de la cartelera del humor en Viña 2024.

A sus 49 años, esta actriz y comediante chilena cuenta con una vasta trayectoria en diversos rubros del espectáculo nacional, como el teatro, la televisión, el cine y la animación.

Es una figura conocida por el “Monstruo”, pues ya subió al escenario de la Quinta Vergara en 2020 y logró conquistar a un público que la galardonó con gaviota de plata y gaviota de oro.

Javiera se presentará la segunda noche, después de la melódica apertura del tenor italiano Andrea Bocelli. Tras ella, cerrará la jornada el pop irreverente del dúo argentino Miranda!

En esta nota, podrás descubrir más detalles acerca del camino que cimentó su carrera.

Su educación: Un oasis en medio de la represión

Javiera nació en 1974, un año después del inicio de la dictadura y mismo en el que en Chile se constituyó la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Vivía en Puente Alto, pero estudió en el Colegio Latinoamericano de Integración, ubicado en la comuna de Providencia.

Era alternativo a la educación clásica“, describió la propia Javiera el año 2020, en entrevista con Grupo Educar. “Yo estudié en plena dictadura y mi colegio era un espacio de libertad. Importaba mucho formar personas pensantes con criterio más que personas con buenos resultados academicistas”.

Muchos de los padres de sus compañeros eran presos políticos o exiliados; y para ellos, las instalaciones del CLI representaban una suerte de oasis en medio las dificultades propias que conllevaba el denso ambiente sociopolítico del país. Fue también en aquel recinto educacional donde descubrió su amor por las tablas, y en quinto básico se unió al grupo actoral.

“Trataba de ser como una especie de lugar seguro para estos niños que estaban con situaciones familiares bien vulnerables por la realidad política. Por lo tanto, era un colegio donde el teatro era importante”, explicó también a Radio Pauta.

Modelo de revista

El mundo de las luces ya la deslumbraba en la adolescencia; por eso, un par de años antes de comenzar a estudiar teatro de manera profesional, incursionó en el modelaje.

Tenía 16 cuando decidió participar en un concurso organizado por Paula para reclutar rostros nuevos para lucir entre sus páginas.

“Era una mega oportunidad. Las seleccionadas tendrían un sueldo de $50 mil pesos mensuales, más talleres de actuación, modelaje. De ese grupo saldrían las modelos que harían las producciones de moda de la revista”, describió en una publicación que compartió en su Instagram recordando viejos tiempos.

Javiera Contador, fotografiada por su tío Germán Bobe

Para postular, debía enviar fotografías suyas. Su tío, el artista visual Germán Bobequien ha llegado a ser descrito como un “símbolo de la estética postmoderna durante la transición democrática”-, fue el encargado de ponerse tras la cámara. Quedó seleccionada para el casting presencial, la llamaron a la semana después y logró convertirse en modelo de la revista.

Así, comenzó a desenvolverse con fluidez entre el colegio y el mundo de la moda, cimentando las paradojas que también caracterizarían su vida laboral a futuro. Y ella misma lo explica de esa forma:

“Había leído Demian, de Herman Hesse, y encontraba que esto de habitar dos mundos igual tenía ‘su no se qué’. Desde entonces, siempre he mantenido universos paralelos en trabajos diversos y a veces, contradictorios. Pero no me arrepiento. Al contrario, poder aprender mas cosas en lugares y con personas distintas me parece maravilloso”.

Animadora de cumpleaños y estudiante

Ingresó a estudiar teatro en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1993 y fue compañera de generación de otras destacadas actrices nacionales; entre ellas, Mariana Loyola, Blanca Lewin y Aranzazú Yankovic.

Tanto ellas como Javiera compatibilizaban el estudio con el empleo. “Casting de esto, casting de lo otro. En las tardes más libres, era ir a hacer casting a lo loco”, recordó en el estelar Mentiras Verdaderas en 2016.

Uno de sus trabajos más memorables y duraderos de aquel tiempo fue la animación de cumpleaños, para la cual se disfrazaba de payasa. También dibujaba caritas con “unas pinturas Maruri que no se salían con nada, entonces uno le hacía unas cosas a los cabros chicos y quedaban la semana completa pintados como de azul, de gato”.

Entre quienes “pituteaban a full”, aprendían nuevas canciones para los niños en las fiestas y buscaban diversas formas de entretenerlos. “Improvisábamos unos títeres muy ordinarios. Me acuerdo que le saqué las cabezas a unos muñecos de mis hermanos chicos“, contó la actriz.

Mujer de múltiples talentos

Una de las principales características profesionales de Javiera es que jamás se ha limitado a participar de un solo formato cuando se trata del mundo de las luces.

Cortometrajes, películas, teleseries, series, programas de televisión y la conducción de una variedad de programas la han vuelto un rostro reconocido a nivel nacional. Pero también ha hecho aparición en producciones audiovisuales de otra índole: la musical.

A mediados de la década de los ’90, prestó su rostro en clips tras sencillos lanzados por diversas bandas y solistas; entre ellos, Chancho en Piedra (Guach Perry), Lucybell (Vete) y Los Jaivas (Hijos de la tierra).

Esta etapa laboral también dejó huella en su vida personal, pues fue durante el rodaje de un video musical Somos, de Keko Yunge, en 1996- que conoció a su exmarido, el también actor chileno José Martínez.

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