Por Camila Morandé

Tras dos años consecutivos de pausa, el Festival de la Canción de Viña del Mar está de vuelta; y con él, la clásica competencia internacional. Este 2023, la responsabilidad de representar al país organizador, Chile, recae sobre los hombros del dúo Yorka, conformado por las hermanas y profesoras de música Yorka (33) y Daniela Pastenes (27). La versión número 62 se llevará a cabo desde el 19 hasta el 24 de febrero próximo.

La historia de Viento, la pieza musical escogida por las hermanas, emociona a ambas. Yorka cuenta que fue compuesta en abril de 2019, lo que la hizo la primera canción lista para sumar a Chao, su cuarto y último álbum. “El otro día encontré la maqueta, de hecho. Con todo lo que está pasando, uno se pone emotiva“, explica la mayor de las hermanas. “Habla sobre nuestro padre y de cómo tenemos que despedirlo y, al mismo tiempo, vivir con su recuerdo”.

Fue él mismo quien las introdujo a temprana edad a la música de la Nueva Ola y convirtió a una Daniela de apenas seis años en fan acérrima de José Alfredo “Pollo” Fuentes. “Es un gran responsable de nuestro gusto por la música. Su música urbana, su trap, su reggaetón era la Nueva Ola, ¿cachai? Siempre fue un fanático de sus artistas, nunca dejó de escucharlos y siempre nos hizo escucharlos a nosotras”, cuentan. Hoy, sus inspiraciones musicales fluctúan entre Victor Jara, Violeta Parra, Los Jaivas, Intillimani y Los Prisioneros (a estos últimos, Yorka les guarda especial cariño y los clasifica como “una de las mejores bandas del mundo, a la altura de Los Beatles”).

“Viento”

Viento ya amasa éxito nacional: se llevó el premio a Canción del Año en los Premios Pulsar en 2022. Un reconocimiento que no se esperaban en lo absoluto, pues habían estudiado la competencia y eran conscientes de que nunca había ganado una canción que no fuese mainstream. “Creo que eso nos ayudó, también, a elegir este tema y este mensaje para postularlo a Viña del Mar… y que hoy sea la canción representante de Chile“, reconoce Yorka.

—¿Qué mensaje buscan transmitir con esta canción?

Yorka: “Tenemos que recordar con amor y celebrar la vida de nuestros muertos que ya no están. Porque viven en nosotras, viven en nuestros corazones. Creo que es una temática bien universal, y al vivir en el sur del mundo, muchas veces tomamos la muerte con una melancolía, una tristeza, e incluso una culpa súper individual, bien interna. A diferencia de Centroamérica u otros países, donde se habla y celebra mucho más la muerte”.

—Viento ha tenido varios cambios desde su lanzamiento. ¿Cómo ha sido ese proceso de transformación?

Yorka: “Christian Heyne tomó una canción muy triste que, para mí, siempre ha sido más bien funeraria, y la transformó en un carnaval latinoamericano. Ahí te das cuenta por qué uno trabaja con productores musicales; transforman los colores y las intenciones de una canción. Si ustedes escuchan la primera versión de Viento, es una canción casi como de un cantautor, con una guitarra a dos voces y muy triste”.

Daniela: “Y es una canción muy larga, dura más de cinco minutos. Tuvimos que cortarla casi a la mitad y armar una estructura muy funcional. Por tiempo, genera otras cosas. Es como si a Bohemian Rhapsody le sacarai el solo y todas las partes del medio, y quedara sólo el piano inicial. Yo creo que la semana antes a Viña, donde ya tenemos todos los ensayos programados, ahí recién vamos a escuchar el arreglo completo en el que está trabajando la orquesto, pero lo que podemos decir es que dura tres minutos, quitó las colaboraciones de Gepe y Lido Pimenta, y tiene arreglos orquestales hechos por Carlos Figueroa”.

La preparación para el festival

Admiten que, si bien, saben cómo manejarse en el rubro de la música y lo que implica, están descubriendo nuevas variantes al trabajar con nuevos equipos multidisciplinarios de trabajo. “El mismo relato que te hemos contado a ti se lo hemos contado a la producción y ellos han inventado toda la escenografía. Estamos muy emocionadas, porque es bonito cuando trabajas y no eres solamente tú con tu hermana arriba de un escenario, sino que somos 60, 50 personas trabajando. Se siente la energía”, cuenta Daniela.

En lo referente al diseño de vestuario, trabajarán con la diseñadora nacional Lupe Gajardo. “Nunca habíamos trabajado con una diseñadora de vestuario que nos hiciera, por ejemplo, algo a medida”, confiesa.

—¿Cómo surgió la idea de participar en el Festival de Viña?

Yorka: “Nos dieron muchas ganas de poder involucrarnos en la competencia, de participar. Estuvimos esperando todos estos años que se volviera a abrir la convocatoria. Apenas pasó, bajamos las bases y mandamos nuestra canción, como un concurso totalmente regular”.

Daniela: “Postulamos como cualquier persona puede postular a Viña. Y nos preseleccionaron justo estando allá, en Valparaíso, así que fue bastante lindo. Fuimos a tener un ritual personal con la Quinta Vergara, porque teníamos muchas ganas de que nos eligieran para poder representar a Chile. Nosotras le tenemos harto cariño y valor a lo que significa la competencia internacional. Es un lugar donde podemos exportarnos y tenemos la posibilidad de cantar una canción a todo Chile”.

—¿De qué manera se han ido preparando para el escenario de la Quinta Vergara?

Daniela: “Somos una banda que ensaya constantemente. También hemos estado preguntando a compañeros que han participado en años anteriores cómo sobrellevar tanto lo que es una competencia como lo interpretativo. Una de las cosas en las que confiamos es en nuestra música, en nuestras voces y en nuestra guitarra. Confiamos también, mucho, en esa conexión de hermanas que tenemos y creo que, cuando cantamos juntas, se transmite. Lo importante, más allá del maquillaje, el vestuario, todos estos estímulos que pueden existir alrededor, una de las principales razones con las que podemos transmitir estos sentimientos es esta conexión que tenemos con mi hermana”.

Yorka: “Con vestuario, habíamos estado trabajando con la Fran Torres, nuestra asesora de hace casi cuatro años ya, y siento que también estamos viviendo una experiencia artística textil y ha sido bien bonito e interesante. Estamos trabajando en la visión que queremos transmitir. Musicalmente, estamos intentando tomar responsabilidades importantes, contar con un vocal couch. La Quinta Vergara tiene mucho frío a la hora de la presentación, hay que cuidarse de cualquier tipo de resfrío. Perder la voz, en este momento, puede ser el arma más letal para no entregar el 100% en la competencia, entonces hay que cuidarse un montón la salud y estar lo mejor preparadas posibles. Pero al mismo tiempo, estamos preparando una performance más o menos importante, entonces, estamos viendo al ballet, las visuales, los tiros de cámara, la ropa y el vestuario y además, nosotras cantando esta canción que vamos a cantar en el Vive Latino dos semanas después. Entonces, estamos preparando un show para el Vive Latino en paralelo a Viña del Mar”.


Foto: Cedida por Lee. 

—¿Con qué participantes anteriores han hablado?

Daniela: “Benja Walker, Vicente Cifuentes, Lucía Covarrubias, Magda Matthei, Clarita Parra. Hemos estado con distintas personas que no han estado dentro de la competencia, pero sí han vivido la fiebre festivalera y han estado de jurado o cosas así”.

Yorka: “La Fernanda Urrejola nos comentó el otro día que había sido jurado del Festival de Viña. Nos estamos juntando por otros proyectos y también nos dio unos tips bien buenos. Somos bastante amigas de la Nata Valdebenito; también nos dio un discurso importante de su experiencia en Viña del Mar y al final, siento que Viña es como cultura pop chilena. Cualquier persona en Chile que tenga un promedio de edad, ha jugado alguna vez con la gaviota; con imitar a Vodanovic, cuando era el clásico animador. Creo que está tan metido en nuestra cultura, que para cualquier artista de nuestro país es importante pasar por ahí”.

Daniela: “¿Viña? Siéntate, cuéntame y entrégame toda la información que tengas (risas). Yo creo que eso ayuda a generar la empatía de lo que esa persona pudo haber vivido ahí y también estar más al tanto de lo que se puede vivir. Ha estado interesante, porque siento que el conversar con estas personas te hace ponerte en ese contexto de los poquitos días que quedan”.

—Claro, y también las va relajando, porque ahí van conociendo más de esa presión…

Daniela: “Va y viene. Se quita cuando hablamos y después viene de nuevo”.

Yorka: “Mira, yo creo que se va a quitar un poco cuando pisemos la Quinta Vergara y hagamos la prueba de sonido”.

Daniela: “Pero va a volver diez segundos antes de estar arriba del escenario el día que nos presentemos. Va a volver”.

En defensa de la orquesta sinfónica y la competencia internacional

—Tienen ya tres discos y se han presentado en escenarios tan importantes como Lollapalooza. Aun así, ¿de qué manera esperan que esta participación en la edición 2023 del Festival de Viña impulse su carrera?

Yorka: “Hemos conversado con colegas que han participado años anteriores y nos han dicho muy claramente que la competencia no cambia tu carrera musical. Nuestra carta más importante es lograr que esta canción toque el corazón de la gente que nos esté viendo desde cualquier parte del mundo. Aunque suene muy cliché. Me encantaría que el público de Yorka creciera desde Arica a Punta Arenas. Somos una banda muy santiaguina; entonces, hemos hecho un trabajo a nivel regional importante desde que comenzamos el 2016 con las giras, pero sabemos también que nuestro público no ha crecido mucho en términos más regionales. Tenemos nuestros puntos fuertes: Concepción y Valparaíso son lugares en los que siempre la gente responde muy bien. Ahora nos vamos a La Serena”.

—¿Qué opinan acerca de la música nacional?

Yorka: “Soy muy fanática de la música chilena, toca mi corazón profundamente. Por eso me rompe tanto el corazón sentir que nadie más la escucha. Hoy estamos viviendo un momento histórico al tener artistas que están llegando a otros lugares del mundo con la música urbana. Chile ha sabido fabricarla de una manera también muy local, porque tiene esta melancolía… Siento que la particularidad del urbano chileno es que es triste, ¿cachai? Toca el corazón todo el rato. Ultra Solo es la balada más sensible y triste que podís encontrar del urbano actual”.

—¿Sienten que, por ahora, se mantienen en un nicho?

Daniela: “Claro”.

Yorka: “Exacto. Ir a Viña, como objetivo uno, es que en Chile nos conozcan. Y dos, ya de ahí, que chorree pa’ Latinoamérica… bacán. Y después, yo creo que tengo otro objetivo que se me cruzó mientras haciai la pregunta: siento que, de alguna u otra manera, también estamos defendiendo la competencia internacional. Estamos subiéndonos al escenario a decirle a la gente ‘esto es importante’, a decirle a nuestros colegas ‘ocupemos este espacio, es lo único que tenemos en este minuto pa’ que salga y cruce la cordillera de los Andes la música independiente chilena, que no sale. Somos grandes compositores de canciones melancólicas tristes y nos cuesta mucho exportarlas. Creo que también estamos con esa misión, un poco de entrar a defender lo indefendible. Pero la competencia la quieren sacar a toda costa, y que artistas que están día a día en el oficio entren hoy a competir también le da un valor diferente. Hay que volver a darle el valor a la competencia. Nos hubiese gustado que la orquesta tocara en vivo, como en años anteriores. Por eso siento que tenemos que defender este tipo de cosas y ojalá que toda esta expectación y reflexión alrededor de la decisión que se tomó de sacar a los 60 músicos del escenario sea algo para que regresen”.


Foto: Cedida por Lee. 

El sello distintivo de un dúo marcado por la sororidad

—Se puede asumir que haya una confianza distinta cuando se está en un proyecto musical con una hermana. ¿Cómo se da esa relación interpersonal que fusiona familia con trabajo?

Daniela: “Ha sido adquirir herramientas de comunicación todo el tiempo. Estamos hablando de tres tipos de relación: hermandad, trabajo y amistad, porque creo que también nos hemos convertido en grandes amigas. También lo bonito de ser hermanas es que existe una confianza y un apoyo casi que incondicional; entonces, cuando una se desborda, la otra te hace volver a la razón. La verdad, siempre digo lo mismo: yo no sé si estaría en un proyecto si no fuera con mi hermana”.

Yorka: “Las duplas son bonitas. Aparecen, también, icónicamente en muchas partes de la historia. Y creo que el simbolismo de ser hermanas va a ser algo que siempre potencie más de lo que desnuda. La hermandad es algo bien bonito del mensaje que queremos dar, y la verdad es que nosotras nos llevamos súper bien. Muy bien. Nos queremos un montón”.

—Se han vuelto un referente LGBTQ+, porque le cantan al amor homosexual. ¿Qué las impulsó a llevar esta narrativa a su arte?

Yorka: “Fue algo natural, no lo buscamos estratégicamente. En ese sentido, siento que somos más parecidas a Pimpinela que a cualquier otro tipo de dúo, porque mucha gente cree que somos novias y no hermanas. Eso también ha sido un tema y lo intentamos jugar mucho a nuestro favor y hacer esa broma siempre es un éxito. Yo siento que, cuando comencé a hacer canciones, siempre traté de neutralizar mucho hacia quiénes iban dirigidas, porque sentía que había que hacerlo así para que se sintieran identificades todes. Pero, de repente, me di cuenta que faltaban muchas canciones en las que se dijera puntualmente que es una chica cantándole a otra chica y me pareció que era importante visibilizarlo. La típica historia de salir del clóset ya está out en 2023, porque las relaciones ya existen, ya hay parejas homoparentales, ya hay familias. Esto es un tema real y que ocurre, y me gusta la idea de pensar en normalizar el amor de esa manera. No es que exista un tipo de amor. La Dani también canta estas canciones y no necesariamente lleva una vida homosexual… Hasta el momento”. (Risas)

Daniela: “Quién sabe”. (Risas)

Yorka: “La gente que escucha Yorka se identifica con nosotras en muchos aspectos. Físicos, de dónde venimos, las cosas que decimos, las cosas que nos gustan. Nos llama la atención cómo hasta van de a dos a las tocatas, ¿cachai? Creo que eso también ha sido bien bonito y quizá, llevándolo a Viña, hoy siento que nos estamos subiendo al escenario a representar a varias agrupaciones sociales, siento que estamos siendo hermanas, mujeres, disidentes, de San Bernardo, de la periferia misma de Santiago, profesoras. Siento que hay varias luchas en las que nos estamos levantando en el escenario de la Quinta Vergara este febrero y una de esas es la disidencia, por supuesto”.

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