Christopher Nolan no está de acuerdo con que cualquier persona se sienta facultada para hacer críticas de cine.
El pasado 4 de enero, el Círculo de Críticos de Cine de Nueva York galardonó al mítico cineasta con el premio a Mejor Director por su trabajo en Oppenheimer (2023).
Según el medio Variety, Nolan aprovechó su discurso de agradecimiento para explicar que, en los últimos años, así como su amor por la profesión ha ido en aumento, también lo ha hecho el auge de las redes sociales.
Y con ello, la transformación de cualquier persona que vea películas de manera ocasional en un crítico con una plataforma para expresar su opinión.
“Los directores tienen una relación emocional compleja con la crítica y los críticos”, dijo al público durante la ceremonia celebrada en Nueva York.
“Siempre nos preguntan si leemos las críticas. Empecemos por el hecho de que soy británico. Una reunión familiar típica va a incluir a mis parientes comentándome: ‘¿Sabes, Christopher? Probablemente no deberías abrir (el diario) The Guardian hoy'”.
Una profesión, no un instinto
Luego mencionó el incómodo momento que vivió una vez durante una clase de ejercicio online en la plataforma Peloton Interactive: “El entrenador empezó a hablar de una de mis películas y dijo: ‘¿Alguien ha visto esto? Son dos horas de mi vida que nunca voy a recuperar’“.
Nolan explicó a los asistentes del evento -en su mayoría, críticos de cine profesionales- que respeta las opiniones que tienen de su trabajo por su búsqueda de la imparcialidad.
“Lo que tenemos aquí esta noche es un grupo de profesionales que intentan ser objetivos“, continuó Nolan. “Obviamente, escribir sobre cine con objetividad es una paradoja, pero el aspirar a hacerlo es lo que hace que la crítica sea vital, atemporal y útil para los cineastas y la comunidad cinematográfica”.
Y en base a aquella anécdota, hizo la siguiente reflexión: “En el mundo actual, en el que hay opiniones por todos lados, existe una especie de idea de que la crítica cinematográfica se está democratizando“.
Contrario a aquel pensamiento, expresó que, en su opinión, “la apreciación crítica de las películas no debería ser un instinto, sino una profesión“.
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