En todas las ediciones del Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValvidiva), existe un espacio dedicado al homenaje de aquellos cineastas que marcaron a las generaciones venideras pero no tuvieron el nivel de difusión que merecían.

Este foco está dedicado a la obra de dos cineastas colombianos que confluyeron en la manera de entender el cine tanto en la urgencia identitaria de su formato (8mm o 16mm) como en el sentido político de su discurso.

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Carlos Álvarez  fue una pluma temprana de la crítica de cine a comienzos de los sesenta y a lo largo de esa década su vocación se fue ampliando hacia la reflexión en torno a la identidad del nuevo cine en su país como también hacia la realización de largos y cortos documentales junto a su compañera Julia Sabogal, quien también está presente en este foco con su único trabajo como directora.

Tanto Álvarez como Sabogal fueron parte de un contingente de realizadores que apostaron por la marginalidad como identificación estética y como especificación de su propia concepción política, compromiso que les significaría a ambos detención y tortura a mediados de los años setenta, en medio de la aceleración del conflicto entre las guerrillas y el Estado durante esa década.

Carlos Álvarez y Julia Sabogal ejemplifican el compromiso artístico-cinematográfico con la justicia social, y la generosidad de compartir una obra que hoy no sólo es urgente rescatar, sino que también restaurar para su preservación futura.

Algunas cintas:

● Asalto, de Carlos Álvarez. Colombia, 1967, 8 minutos.

● Colombia 70, de Carlos Álvarez. Colombia, 1970, 5 minutos.

● Un día yo pregunté, de Julia Sabogal. Colombia, 1970, 8 minutos.

● ¿Qué es la democracia? de Carlos Álvarez. Colombia, 1971, 45 minutos.

● Los hijos del subdesarrollo, de Carlos Álvarez. Colombia, 1975, 42 minutos.

 

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