Por Carolina Véliz

Existe un amplio consenso entre autoridades y expertos en que la detección oportuna de los casos positivos es una de las estrategias fundamentales para hacer frente al coronavirus en Chile. Sin embargo, el alto número de personas que contraen la infección en el país (225.103 al 18 de junio) hace suponer que la identificación no está siendo totalmente efectiva.

De acuerdo con el informe MOVID-19, realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile junto al Colegio Médico, con el apoyo de la Facultad de Psicología de la UDP; el motivo que más se repite entre quienes no asisten a un centro asistencial, aun teniendo síntomas atribuibles a COVID-19, es que las personas “esperan empeorar” antes de consultar. Esta opción concentra el 58% de las respuestas, a la que le sigue la percepción de que consultar no es importante con un 27%.

Para la doctora Francisca Crispi, coordinadora de Movid19, los datos son preocupantes ya que “sólo un tercio de las personas que tienen sintomatología compatible con caso sospechoso están accediendo a una consulta médica”. Algo que, de paso, indicaría que la percepción de que el riesgo acerca de los síntomas que se presentan con la enfermedad aún es reducido.

Pero hay más factores claves. En la encuesta también aparece que un 7% no asiste por el costo de la consulta y un 5% no lo hace por el tiempo de espera que se necesita para ser atendido. Durante las últimas semanas también se indica que algunos participantes temían ser contagiados o preferían no asistir por la saturación del sistema de salud.

Con respecto a esto, Crispi señala que “las personas con Fonasa tienen menos probabilidad de consultar cuando tienen sintomatología de caso sospechoso, y también las mujeres y las personas que tienen enfermedades compatibles como factor de riesgo para desarrollar enfermedad grave por COVID-19”.

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Esto se ha hecho visible en los recintos asistenciales y preocupa debido a la gravedad con que las personas consultan. La doctora Karem Muena, jefa de Urgencia de Clínica Vespucio, indica que “los pacientes llegan al minuto que inician dificultad respiratoria, que es alrededor del sexto a noveno día de síntomas. La progresión de la enfermedad en ese punto es muy rápida. No es mi impresión que lleguen tarde, sino más bien que al minuto de sentirse mal la progresión radiológica y de los exámenes es grave, pero el paciente hasta ese punto no se sentía mal”.

Estamos atendiendo a pacientes que presentan falta de aire hace días y que llegan en malas condiciones. Es decir, niveles de oxígeno en la sangre muy bajos. Esto hace que haya que acelerar todas nuestras intervenciones para prevenir que los pacientes se agraven más”, dice también el doctor Guillermo García, jefe de Urgencia de Clínica Dávila.

¿Qué hacer?

La doctora Francisca Crispi sostiene que es “muy necesario mejorar la comunicación de riesgo y comunicar a la ciudadanía cuáles son los síntomas frente a los cuales deben consultar para que se le realice el examen en forma precoz  y también se pueda generar la trazabilidad de los contactos de esa persona. En segundo lugar, eliminar todo costo asociado a las consultas por COVID-19, ya que no podemos permitir más contagios en el contexto de la situación sanitaria que tenemos actualmente.”

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Con respecto a las consultas de urgencia en casos sospechosos, el doctor García agrega que “debería ser cuando los pacientes presentan dolor intenso, fiebre persistente, dolor torácico o cuando comienzan con falta de aire. Sobre todo cuando esto ya les impide caminar o hablar normalmente. “

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