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Jorge Arrate jugó un papel importante en la Unidad Popular, se desempeñó como presidente ejecutivo de la Corporación del Cobre de Chile y también fue ministro de Minería. Luego, tras la instalación de la dictadura, fue parte de la oposición y vivió catorce años en el exilio.

Tras el retorno de la democracia, ocupó diversos cargos ministeriales, incluyendo las carteras de Educación, Trabajo y Previsión Social, así como la Secretaría General de Gobierno, en distintos gobiernos de la Concertación. Además, ejerció el rol de embajador de Chile en Argentina.

Arrate fue militante del Partido Socialista de Chile desde 1962 hasta el 2009, renunciando a dicha colectividad. Luego, emprendió su primera candidatura presidencial en ese mismo año.

En un nuevo capítulo del especial “CNN 50: Testimonios de la historia” junto a Fresia Soltof conversamos sobre su visión acerca de la Unidad Popular, el rol de la oposición, y su experiencia en el exilio.

—¿Cómo recuerda el 11 de septiembre de 1973?
— Estaba fuera de Chile ese día, en un avión con retorno a Santiago que no alcanzó a aterrizar. Me encontraba en una misión de Gobierno fuera del país. En ese momento me desempeñaba como jefe de Codelco, y habíamos salido a una actividad anual que consistía en la promoción de ventas de cobre a distintas partes del mundo, a donde el cobre chileno no llegaba por una cuestión política. Antes de 1971, el cobre no se vendía a las zonas del campo socialista.

Previo a su viaje para promover el cobre en el exterior, se reunió con el presidente Salvador Allende.”Fui a su casa, en Tomás Moro, conversando en un momento, le dije: ‘presidente, la situación se encuentra tan crítica, dígame si viajo o no’ Él me dijo que aquí todo tenía que seguir funcionando normalmente“.

Arrate se enteró del Golpe de Estado mientras regresaba a Chile, a través del piloto. A pesar de que la instrucción del PS era regresar al país, se encontró con que el aeropuerto nacional estaba cerrado y tuvo que llegar hasta Montevideo. En ese lugar, consiguió una radio portátil y se enteró de que el presidente Salvador Allende había fallecido. Después, buscó refugio en la embajada de Chile en Buenos Aires.

Me demoré catorce años en volver, queriendo siempre estar en Chile”, subrayó.

Jorge Arrate, exministro de Salvador Allende.

Golpe de Estado

Arrate vivió las primeras horas del golpe de Estado en el exterior y relató que fue compleja la comunicación con las personas que se encontraban en Chile.

En la noche del 11 de septiembre caminó por las calles de Buenos Aires y escuchó bombos, gritos a favor de la UP y una gran multitud caminando. “Creo que fue la última vez que vi desfilar juntos a la juventud peronista, a los radicales, a los trotskistas, socialistas y a los montoneros”, relató.

A medida que pasaban los días, empezaron a llegar chilenos, donde le comentaron que “se había iniciado una de las olas represivas más brutales y crueles que registra la historia de América Latina“.

En ese entonces era militante del PS, a pesar de estar en otro país, también sufrió los efectos del régimen militar. “A mis padres los allanaron en dos oportunidades. Respecto a mis compañeros socialistas, supe que algunos murieron y los otros no se sabían donde estaban”, señaló.

Tras la muerte de Allende se abrió un debate sobre si habría suicidado o no.”Siempre dije que no tenía importancia, porque Allende estaba dispuesto a entregar su vida. Se defendió con una metralleta, y los que le disparaban supongo que querían matarlo, cuando uno tira cohetes a un edificio es porque quieres matar a los que estaban adentro de La Moneda (…) Fue un homicidio frustrado que nunca se ha juzgado en Chile“, señaló.

—¿Cómo cree que entonces que el presidente Allende pudo haber evitado el golpe de Estado bajo un país polarizado?
Alguna responsabilidad tenemos en lo que ocurrió, en algún sentido o en el otro, aquí nadie podría declarar que no tiene responsabilidad. Sin embargo, durante el periodo de Allende se respetó estrictamente el calendario electoral democrático. Además, es sabido que iba a anunciar el 11 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado el llamado a un plebiscito, y no alcanzó a anunciarlo porque sus opositores no querían plebiscito y querían derrocarlo.

—¿Qué querían entonces los opositores?
Trataron de derrocar a Allende antes que asumiera. Nadie puede negar que el presidente Nikon le dijo a Henry Kissinger: ‘Haga chillar la economía’. Intentaron una vía, llamémosle pacífica y luego la violenta tras el secuestro del general Schneider. Ya cuando fue proclamado Allende en el Congreso, se inició la etapa de desgastar al gobierno.

En cuanto a la intención del llamado al plebiscito de Allende, previo al quiebre de la democracia, concluyó que “algunos sostienen que habría perdido el plebiscito, y es posible por las condiciones en las que estábamos”.

Retorno a Chile

Arrate en diversas ocasiones intentó volver a Chile, finalmente lo logró en 1987, pero en 1984 llegó hasta el Aeropuerto de Pudahuel junto a un grupo de cinco personas, exigiendo que se les permitiera vivir en el país. A pesar de resistirse contra los militares durante 12 horas encerrado en el avión,  por lo que decidió interceder la CNI, donde los redujeron, sentaron a la fuerza y debieron abandonar el país.

“Me levantaba y me miraba al espejo diciéndome qué puedo hacer hoy para derrocar a la dictadura”, relató Arrate.

Una de las noches que recuerda con claridad fue la del 5 de octubre de 1988. “Guardo un gran recuerdo cuando triunfó el No. Pinochet se aprontaba a desconocer los resultados, pero el general Matthei reconoció el No”, expresó. No obstante, desde su perspectiva, concluyó que “mataron y torturaron hasta el final“.

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