Los comportamientos saludables como una alimentación nutritiva y el entrenamiento de fuerza son importantes para vivir más tiempo, pero la soledad y el aislamiento social también son factores clave que se deben abordar para tener más años y disfrutarlos, comentó la gerontóloga Dra. Kerry Burnight.
(CNN) – A sus 96 años, Betty Parker está cansada de oír hablar de los dolores y molestias de otras personas.
En lugar de eso, llena su diario con todas las cosas maravillosas que todavía hace: recoger rosas de su jardín, leer, jugar a las cartas con su grupo habitual y hornear pasteles cuando tiene invitados.
Bueno, admite que quizá ya no tenga tanta energía para hornear pasteles y que la próxima vez debería comprar algo en el supermercado. Aun así, Parker dijo que sus 90 años han estado llenos de propósito y conexión, algo con lo que a muchas personas les cuesta, sin importar su edad.
Los comportamientos saludables como una alimentación nutritiva y el entrenamiento de fuerza son importantes para vivir más tiempo, pero la soledad y el aislamiento social también son factores clave que se deben abordar para tener más años y disfrutarlos, comentó la gerontóloga Dra. Kerry Burnight, radicada en California, quien también es hija de Parker.
Tener 80 años aún no es demasiado tarde para empezar a buscar un pasatiempo o interés, dice Burnight. playb/E+/Getty Images
“La esperanza de vida, en general, ha mejorado en la última generación. Pero queremos asegurarnos de que las personas vivan años buenos, en lugar de simplemente vivir más”, afirmó el Dr. John Batsis, geriatra y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la UNC y de la Escuela Gillings de Salud Pública Global en Chapel Hill, Carolina del Norte.
Un geriatra es un médico que se centra en el cuidado de los adultos mayores, mientras que un gerontólogo estudia el envejecimiento desde la perspectiva biológica, así como también desde la social y psicológica, indicó Burnight.
Burnight considera cuatro factores fundamentales para disfrutar al máximo de años más largos y saludables: crecer, conectar, adaptarse y dar. Afortunadamente, así como puedes hacer ejercicio a diario para mantenerte sano, también puedes ejercitar tu fuerza interior para mejorar tus conexiones y tu sentido de propósito.
Empieza cuando puedas
No es demasiado temprano ni demasiado tarde para empezar a crear una vida que disfrutes. Si aún no se ha jubilado, puede ser una buena idea comenzar a pensar en cómo serán sus días cuando deje de trabajar, sostuvo Batsis.
“El precipicio de la jubilación, por así decirlo, es muy difícil para las personas que han trabajado toda su vida”, añadió.
Puede parecer que de repente lo pierdes todo: el propósito, cómo ocupas tus días y con quién te conectas, cuando ya no vas a trabajar todos los días, especialmente si no tienes un plan. En lugar de hacer un cambio tan drástico, Batsis aconseja empezar a practicar pasatiempos y actividades que te gustaría hacer durante la jubilación mientras aún trabajas.
Si ya te jubilaste, puedes encontrar oportunidades para crear cosas nuevas que te apasionan, afirmó Burnight. Si siempre has querido publicar un libro, 80 años no es demasiado para empezar a escribir. De hecho, puede que aún tengas mucho tiempo por delante para dedicarte a tus pasiones, añadió.
“Todavía no es demasiado tarde. De hecho, es el momento perfecto para profundizar en ello y redefinirlo”, acotó, autor del próximo libro Joyspan: El arte y la ciencia de prosperar en la segunda mitad de la vida.
No dejes de crecer
Los crucigramas diarios o sudokus son una buena forma de ejercitar el cerebro, pero para mantener la cognición aguda y aumentar el disfrute de los años de vejez es importante hacer cosas difíciles, destacó Burnight.
“Las nuevas experiencias activan la neuroplasticidad, es decir, la capacidad de nuestro cerebro para seguir creciendo”. “Si haces lo mismo de siempre, no te estás preparando para un crecimiento continuo”.
Uno de los pacientes de Batsis empezó a jugar al golf después de jubilarse, pero también empezó a tocar la guitarra. Era algo que nunca había hecho antes, y no se consideraba un buen músico, pero la actividad le abrió un mundo completamente nuevo, añadió.
Ahora, el paciente toca la guitarra y también asiste a conciertos locales a los que de otra manera no podría asistir.
Tener 80 años aún no es demasiado tarde para empezar a buscar un pasatiempo o interés, dice Burnight/Pexels
Batsis recomienda buscar un pasatiempo que te mantenga físicamente activo. Cuanto menos te mueves, más débil te sientes, por lo que, según él, encontrar algo que altere el sedentarismo puede ser útil para mantener más actividades disponibles a medida que envejeces.
La clave, sin embargo, es encontrar algo que disfrutes, no forzarte a hacer actividades que crees que deberías hacer en la vejez, dijo Batsis. Si nunca te gustaron los libros, probablemente no te motives a ser lector al jubilarte, añadió.
“Las personas necesitan encontrar algo que les interese, porque cuanto más interesante les resulte, más dispuestas estarán a participar en ese tipo de actividad”, afirmó Batsis.
Para los cuidadores, Burnight advierte que no deben hacer por sus seres queridos nada que ellos puedan hacer por sí mismos, lo cual varía según sus habilidades o limitaciones físicas. Hacer cosas que les supongan un reto es importante y útil.
Diversifique su cartera social
Aproximadamente una vez al mes, Parker se reúne con un grupo al que llama “los jóvenes” para jugar a la canasta, juego que ella les enseñó.
“Las jóvenes” son un grupo de mujeres de unos 60 años a quienes conoció a través de su nuera. Aunque son mucho más jóvenes que ella, Parker dijo que valora tener un grupo diverso de amigas. Esto es especialmente cierto porque ha sobrevivido a su esposo y a otras amistades cercanas, comentó.
“Así como diversificamos nuestra cartera financiera, socialmente queremos tener amigos de diferentes edades, amigos de nuestro barrio, así como amigos del pasado”, indicó.
Si necesitas conectar con más personas de tu pasado, Burnight recomienda usar las redes sociales para contactar con quienes hayas perdido el contacto con el paso de los años. La gente suele alegrarse de saber de un viejo amigo, comentó.
Incluso pequeñas interacciones con un vecino o en la cafetería a menudo pueden conducir a relaciones más significativas. Su consejo más importante es ser amigo. La soledad es peligrosa para la longevidad, por lo que invertir en la conexión es importante.
“Tienes que ser tú quien llame para hacer un plan o recordar un cumpleaños, o sentarte junto a la cama del hospital de alguien o llevarlo a su quimioterapia”.
Encontrar alegría y propósito
Si bien Parker ha disfrutado de mucha alegría a sus 90 años, esto no ha llegado sin la necesidad de adaptarse.
Tuvo que dejar el tenis hace años, que extraña, y ahora a veces tiene que usar un andador para desplazarse. Pero esos cambios no le han impedido reír con su familia, pasar tiempo en su jardín o incluso participar en un desfile local para el 4 de julio, dijo Parker.
“Siempre vamos a tener circunstancias cambiantes, y envejecer conlleva muchos desafíos”, comentó Burnight. “En lugar de simplemente negarlo o decir: ‘Mi vida no puede ser mejor ahora que he pasado por esto’, quienes envejecen bien son los que se adaptan, es decir, son capaces de aceptar e incluso acoger el cambio”.
Y añadió que “la forma de adaptarse, en gran medida, es reconocer que no está mal que vayas a enfrentar momentos difíciles. Se trata de cómo vas a responder a ellos” y que “las investigaciones han sugerido que la forma en que pensamos sobre el envejecimiento afecta profundamente la forma en que realmente envejecemos”.
“Quienes creen que envejecer es una época de crecimiento continuo viven 7,5 años más que quienes piensan: ‘Ay, ya estoy viejo. Me jubilaré y me iré a tejer con mis amigas’”, recalcó. A menos, claro, que te guste tejer o quieras empezar a hacerlo como un nuevo pasatiempo.
En cambio, recomienda centrar la atención en todo lo que uno tiene para dar. La evidencia también sugiere que quienes dan reportan mayores niveles de alegría, propósito y longevidad, afirmó Burnight.
¿Parece mucho para hacer de una vez? No te preocupes. Puedes empezar poco a poco.
Tal vez sea llevarle un limón de tu árbol a un amigo u ofrecerse a cuidar a los hijos pequeños de tus vecinos mientras hacen recados, planteó Burnight. Incluso crear arte, plantar un jardín o llamar a alguien enfermo es un acto de generosidad que puede darte un propósito.
“El propósito es pequeño, cotidiano y una decisión”, dijo. “Es decir: ‘Bueno, hoy, ¿cómo voy a usar el hecho de que estoy viva y tengo cosas que dar?’”.