Esta semana, un estudio desarrollado por el Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Universidad Católica, encendió la alarma sobre los peligros para la salud que puede traer el consumo de berlines, entre otros alimentos ricos en calorías.
En la mencionada investigación se midieron los niveles de acrilamida en distintos productos, como las donas, papas fritas y los berlines, destacando que el componente es potencialmente cancerígeno.
Para entender mejor esta situación y dejar a un lado las preocupaciones, el científico y y autor del libro ‘La Ciencia Pop’, Gabriel León, explicó el efecto tóxico de la acrilamida en el organismo.
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“Todos los alimentos que durante el proceso de cocción a alta temperatura (como las frituras o el horneado) se ponen de color café han pasado por un proceso conocido como la reacción de Maillard”, dice para empezar, destacando que de esa reacción se deriva la acrilamida que al ser consumida por una persona produce glicilamida, un agente químico que daña el ADN y es carcinogénico.
León asegura que, por la naturaleza de estos tóxicos, no es posible determinar un nivel seguro de consumo, pero sí “el límite mínimo a partir del cual se producen medibles”.
En concreto, León detalla: “Supongamos que un berlín pesa 100 g. La estimación recientemente publicada indica que los berlines tienen 138 µg (microgramos) de acrilamida por kilo de berlín, por lo que un berlín tendría 13,8 µg de acrilamida”.
“Para que una persona de 70 kg ingiera 11,9 mg de acrilamida al día derivada de berlines, tendría que comer 1.160 berlines al día. Esos son 116 kilos de berlines”, concluye.
El científico agrega que las principales fuentes de acrilamida son los productos derivados de papas (fritas, asadas, croquetas, etc), que aportan “un 49% de la exposición, seguida del café (34%) y el pan (23%)”.
De esta forma, queda claro que una persona es capaz de comer más de mil berlines al día, debe preocuparse por su salud.
La reacción de Maillard fue descubierta por el químico francés Louis-Camille Maillard en 1912 y se produce cuando se cocinan alimentos ricos en azúcares (como las harinas o las papas) a altas temperaturas (>140ºC) pic.twitter.com/JjsSwzJhfJ
— Gabriel León (@GaboTuitero) September 4, 2018
Debido a la naturaleza genotóxica de la acrilamida/glicilamida (sabemos que daña al ADN) no es posible que se determine un nivel seguro de consumo. Sin embargo, es posible establecer el límite mínimo a partir del cual se producen daños medibles
— Gabriel León (@GaboTuitero) September 4, 2018
Sin embargo, sabemos que la acrilamida está presente en muchas comidas –desde el pan tostado a las papas fritas, pasando por cualquier cosa que durante la cocción se ponga de color café– por lo que las fuentes de exposición son muchas pic.twitter.com/1MW5pzO88Q
— Gabriel León (@GaboTuitero) September 4, 2018
¿El consejo? Si fuman, traten de dejarlo. Consuman menos frituras y café. La acrilamida tiene otros efectos nocivos diferentes a los que se asocian con cáncer, por lo que es bueno bajar su consumo ¿Pueden comer berlines? Sí, pero no se coman 1.000 al día, háganlo de vez en cuando
— Gabriel León (@GaboTuitero) September 4, 2018
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