El gobierno de Sri Lanka atribuyó los atentados explosivos de este domingo al grupo yihadista local, National Thowheed Jamath.
El Ejecutivo señaló que los ataques que dejaron al menos 290 muertos y 500 heridos se realizaron con la ayuda de una red internacional de terroristas, por lo que están investigando los vínculos que esta organización tendría con grupos extranjeros, entre ellos el ISIS.
Este lunes la policía detuvo a 24 personas, aunque todavía nadie se ha atribuido la autoría de los atentados. En tanto, las autoridades forenses ya identificaron los cuerpos de siete terroristas suicidas.
Además, la policía detonó un artefacto explosivo en un vehículo estacionado cerca de una de las iglesias atacadas. También encontraron 87 detonadores de explosivos en la principal estación de buses de Colombo, la prinicipal ciudad de Sri Lanka, y desactivaron una bomba en el aeropuerto internacional de la misma ciudad.
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Advertencia previa
El primer ministro del país admitió que recibieron advertencias de posibles ataques, pero reconoció que no le prestaron “suficiente atención”.
Más de una semana antes de los ataques, funcionarios del gobierno de Sri Lanka recibieron una advertencia que había sido hecha en conjunto entre Estados Unidos e India. No hay demasiados detalles todavía, pero era una información a considerar, sin embargo, esta no llegó a las autoridades que corresponden.
Muchos cuestionamientos surgieron cuando las autoridades respondieron por qué no se habían tomado en serio las advertencias recibidas. Según dijeron, no querían entorpecer las celebraciones del domingo de resurrección con seguridad en las iglesias.
El profesor de ciencias políticas islámicas Greg Barton señaló que “fue una enorme falla de inteligencia, parece haber sido la tormenta perfecta. El gobierno no estaba poniendo atención al memorando que le entregaron el 11 de abril que podía haber incluido mucha información de las grandes agencias de inteligencia. Una explicación posible es que las fuerzas de seguridad que están enfrentadas al presidente y al primer ministro hayan calculado mal, queriendo avergonzar al gobierno, no deseando un ataque, pero no permitiendo que tuvieran el control de la situación de seguridad”.
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