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El fiscal general de Perú, Pedro Chávarry, sintió la presión tanto  política como civil y dio marcha atrás a la polémica destitución de los fiscales Rafael Vela y José Domíngo Pérez, ambos quienes encabezan la investigación por el caso Odebrecht en el país.

Pérez y Vela indagan a cuatro ex mandatarios peruanos y a la líder opositora Keiko Fujimori.

Esta destitución fue considerada un duro golpe contra la lucha anti corrupción en Perú, principalmente porque el propio fiscal general es investigado por ser parte de una red de corrupción del sistema de justicia en Perú. Con su decisión quedaba en vilo el futuro del caso Lava Jato, que ha manchado a gran parte de la clase política del país vecino.

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Su ratificación fue celebrada tanto en las calles como en el Gobierno. “Qué bien que se rectifique una decisión que ha sido muy cuestionada”, dijo el presidente de Perú, Martín Vizcarra.

El mandatario presentó este miércoles ante el Congreso un proyecto de ley que busca declarar en emergencia al Ministerio Público y así elegir a un nuevo fiscal nacional.

La ex candidata presidencial Keiko Fujimpori manifestó que es necesario iniciar una reforma integral de la Fiscalía.

La decisión de ratificar a Vela y Pérez se da a sólo unas horas de que los nuevos fiscales designados en la causa, Frank Almanza y Marcial Páucar, rechazaran ocupar los nuevos puestos e insistieran en la necesidad de revertir la medida.

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