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Decenas de poblados indígenas en México se niegan a vacunarse contra el COVID-19, al regularse por sus propias leyes y no tener registros de contagios.
Uno de ellos es Aldama, una pequeña localidad de Chiapas, donde dicen que desde el comienzo de la pandemia no han tenido ningún caso de coronavirus.
Entre las medidas que aplicaron para lograr tal hazaña se encuentran las decretadas por el gobierno, pero también sus prácticas ancestrales.
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La mayoría de la población rechaza la vacuna al creer que se enfermarán tras inocularse. Sin embargo, la Secretaría de Salud de Chiapas aseguró que continuará dialogando para lograr la inmunización de la comunidad.
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