Por Matilde Burgos
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La primera vez que actuó profesionalmente sobre un escenario fue en el Teatro de la Universidad Católica en la obra ¿Dónde estará la Jeannette? de Luis Rivano, en el que la debutante ganaba el Premio Apes como la mejor actriz de ese 1983.

Este era el primer premio de muchos que han reconocido su carrera. 30 años después, recibía el Oso de Plata en Berlín por su interpretación en Gloria, ganándole nada menos que a Catherine Deneuve.

Dramaturga, escritora, actriz de teatro, televisión cine y plataformas, Gloria marcó un hito en su vida y en su carrera.

En conversación con CNN Íntimo, Paulina García Alfonso (58) recordó su inicio en el mundo de la actuación, contó un episodio de abuso del cual fue víctima cuando niña y analizó, en profundidad, el feminismo en nuestro país.

A seis años del estreno de Gloria, Paulina destaca el éxito de la cinta, y que para ella significó un punto de inflexión en su carrera. “Hasta ahí consideraba que era una actriz con mucha suerte (…) me cambió el lugar hacia donde estaba mirando”, señala.

Confiesa que admira a Gloria, la mujer que interpretó, especialmente por su capacidad de reinvención y resiliencia.

El pasado 2 de mayo se estrenó en cines nacionales Gloria Bell, remake de la cinta protagonizada por García y en el que su papel es protagonizado por Julianne Moore.

Explicó que entiende que el cine tiene “esa cara de posibilidades” y que la película al ser un producto “puede ser puesta en otro lugar y de otra manera”.

Sobre las especulaciones de una supuesta conversación con Moore, lo descartó totalmente, pero reveló que le encantaría hablar con ella y que siente una gran admiración por su trabajo.

Me sentí honrada que Julianne Moore quisiera hacer una película que vio que hice yo”, aseguró.

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“La saqué barata”

El 20 de mayo llega a las librerías Yo te creo, testimonios de abusos a mujeres chilenas, texto que reúne episodios de abusos en distintos contextos.

Entre los relatos aparece el testimonio de Paulina, quien sufrió un episodio de abuso cuando era niña. “No lo recuerdo como algo increíblemente particular en mi vida, que me traumatizó o algo así”, dice.

Recuerda que el hecho ocurrió a fines de los ’60. “Parecía un hombre pobre, pero sumamente limpio”, dijo. Él se acercó a ella preguntándole por una dirección y le pidió que la acompañara.

En el segundo piso se me viene encima. Recuerdo que me intentaba bajar el calzón y yo no entendía muy bien lo que estaba pasando. No tenía ninguna noción que podía ser algo sexual, nada. No sé si me salvó que alguien salió de un departamento o qué. Recuerdo que lo empujo y arranqué”, señaló.

Cuando la llamaron para que fuera parte del libro, en una primera instancia contó que no le había pasado nada, porque no le había tomado el peso a lo ocurrido, pero que luego tomó conciencia de ese episodio. “La saqué barata, y así la titulé”, indicó.

Respecto al movimiento #MeToo, y como éste se ha vivido en su área profesional, reconoció que ella no sufrió ningún caso de acoso sexual, pero que sí fue testigos de algunas situaciones.

Vi cosas que lamentablemente la tomábamos un hueón fresco. Este tipo que se pasa de la raya hay que mantenerlo alejado. Es una costumbre que tenemos las mujeres de comportarnos así. Eso es lo sorprendente. Cuán naturalizado tenemos el tema del acoso de las mujeres”, comentó.

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¿Exceso de puritarismo?

En cuanto a las condenas sociales que hay sobre el abuso a las mujeres, y el exceso de puritarismo, indica que ella no lo ve así y que cree “que todavía hay muchas cosas que limpiar”.

No veo que eso de ‘no se permite nada’ esté sucediendo (…) Creo que debe ser súper doloroso para los hombres la posición en que los estamos poniendo y en la posición en que nos estamos poniendo en relación a ellos. Es muy incómodo, difícil de pensar, analizar y poder separar. Pero creo que todas las personas saben dónde está el bien y dónde está el mal”, aseveró.

Todos los hombre saben cuándo están haciéndolo mal y lo demás es hacerse los hueones. Creo que teníamos muy asumido, en tono de humor, el hacerse los hueones, y nosotras estábamos acostumbradas al chiste barato mientras ellos se hacían los hueones”, continuó.

Sobre la posición del gobierno en esta materia, indicó que “se subieron al carro de las palabras, pero no de la acción concreta” y que un ejemplo claro de esto fue la jornada del 8M de este año. “A la ministra no le quedó otra que sumarse. La marcha era un movimiento planetario”, añadió.

Lamento que el feminismo nos esté quitando el sentido del humor, lamento que así les parezca a los hombres, pero creo que los chistecitos que hizo Piñera en un grupo diciendo ‘las mujeres se hacen las muertas y los hombres los vivos’ habla de cuál es la mentalidad que está operando”, aseveró.

A su vez, criticó a quienes aseguran que al feminismo “se está llevando a un extremo”. “Lo dicen la mayoría los hombres y unas cuantas mujeres bien conservadoras. ‘Porque a mí me gustan que me abran la puerta, porque a mí me gusta todavía que me digan piropos cuando me veo guapa’. ¿Qué es eso? ¿Cómo va a ser ese el nivel de la conversación?”, indicó.

Si es que eres anticuada es porque el feminismo no lo has comprendido de profundo. El tema del feminismo es algo más que volvernos puritanas”, recalcó.

Finalmente, cuestionó a quienes indican que se “está rompiendo el erotismo”.

Por favor, el erotismo es el erotismo y las mujeres y los hombres lo reconocemos inmediatamente y no necesitamos reglas para jugar a ello. Uno puede jugar al sadomasoquismo si tiene ganas con su pareja y amarrarse con una correa (…) El lugar más democrático es el sexo, pero sabemos que físicamente las mujeres están en un lugar en desmedro en relación al hombre en ese aspecto, en ese mundo.”, sentenció.

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