Este viernes el Papa Francisco aceptó la renuncia de uno de los hombres más poderosos de la Iglesia Católica estadounidense, el arzobispo de Washington, Donald Wuerl (77).
Wuerl presentó su renuncia en septiembre, en medio del escándalo por abusos sexuales contra menores que llegó a un punto máximo con la publicación de un reporte de la justicia que reveló que más de mil niños fueron abusados en la diócesis de Pennsylvania durante un lapso de 70 años.
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Los responsables serían más de 300 sacerdotes, y el cardenal Wuerl, que fue durante 18 años obispo de Pittsburgh, fue nombrado varias veces como encubridor.
En la carta publicada hoy el Papa oficializa la salida de Wuerl y parece justificarlo diciendo:”Tienes elementos suficientes para justificar tus acciones y distinguir entre lo que significa encubrir los crímenes o no, para hacer frente a los problemas, o cometer algunos errores. Sin embargo, tu nobleza te ha llevado a no elegir esta forma de defensa. De esto, estoy orgulloso y agradecido”.
Al final de la misiva agradece los servicios que dio a la iglesia, y anuncia que el arzobispo permanecerá en el puesto hasta que se encuentre un reemplazante.
El Papa y Wuerl son bastante cercanos. Hace un par de años el cardenal había renunciado por razones de edad, pero el Papa no aceptó la dimisión. Con la aparición del informe de Pennsylvania, la presión escaló.
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