Un nuevo escándalo sacude a Perú, esta vez por el proceso de vacunación contra el COVID-19.
Todo comenzó cuando el ex presidente Martín Vizcarra admitió que, junto a su esposa, recibió en octubre del año pasado la inyección del laboratorio chino Sinopharm, que en ese entonces era sometida a ensayos clínicos en el país.
La noticia terminó con la renuncia de la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, el pasado viernes. Pero ahora se sumó una nueva dimisión.
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Cuando aún no arrancaba la campaña de vacunación, la canciller Elizabeth Astete también recibió la primera dosis de la vacuna china.
Tras admitir que fue un “grave error” haberse vacunado el 22 de enero, la ahora ex secretaria de Estado renunció a su cargo.
A ellas se suma el viceministro de Salud Pública, Luis Suárez Ognio, quien también presentó su renuncia debido a la vacunación irregular.
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El presidente Francisco Sagasti ha condenado fuertemente lo ocurrido y adelantó que “ante la revelación de que algunos altos funcionarios públicos se habrían vacunado con estas dosis adicionales, el Ministro de Salud ha dispuesto una investigación sumaria para esclarecer estos hechos”.
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