Con el aeropuerto de Quito como puerta de entrada para las primeras 50 mil dosis de vacunas contra el COVID-19, Ecuador se prepara para recibir las dosis provenientes del laboratorio Pfizer y BioNTech.
Las vacunas llegarían en enero en medio de la urgencia que afecta especialmente a este país, que ha sido uno de los más golpeados por el virus a nivel latinoamericano.
Las herramientas inoculadoras deberán pasar por una etapa de supervisión antes de llegar al proceso de “desaduanización”, el que, según el gobierno ecuatoriano, será lo más ágil posible.
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El servicio para transportar las dosis correrá a cargo del Ministerio de Salud Pública, quienes actuarán con especial cuidado para no romper la cadena de frío.
“Las almacenaremos en un centro de acopio para que luego nuestras estaciones de congelado sirvan de como acopio para el ministerio”, indicó Santiago Gómez de La Torre, operario del Centro Logístico de Carga Tabacarcen.
Al mismo tiempo, el funcionario explicó que las cargas de transporte serán constantemente monitoreadas a través de grabaciones de video, con mediciones de temperatura, de manera que la mercancía no se vea amenazada por las condiciones del exterior, mientras son llevadas a los destinos escogidos por la autoridad sanitaria.
Con ese tipo de medidas estrictas, el gobierno ecuatoriano espera tener cubiertas las providencias del caso y garantizar una vacunación óptima para su población, en un país que ha experimentado grandes dificultades durante toda la pandemia.
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