{"multiple":false,"video":{"key":"oUw52m8tUQ","duration":"00:14:25","type":"video","download":""}}

Siguen saliendo a la luz casos de abuso sexual en la Iglesia Católica. El último de ellos es el de la secretaria ejecutiva del área de Educación de la Conferencia Episcopal, Constanza Acuña, quien denunció al sacerdote Belisario Valdebenito, ex párroco de Lanco, en la Región de Los Ríos.

En conversación con Hoy Es Noticia, Constanza contó su testimonio, con abusos que se extendieron desde sus 11 años de edad hasta los 21, y que incluían tocaciones en el pecho espalda, besos y conversaciones de tipo sexual. “Me langüeteaba la oreja”, agregó.

“Si me quedaba, ese abuso sexual iba a pasar a ser una violación”

Belisario Valdebenito comenzó por acercarse a la familia de Constanza: “Los sacerdotes en el sur de Chile son como una especie de alcalde en el ámbito de la fe”, explicó.

Cuando Valdebenito fue transferido a Gorbea, Constanza y su familia lo visitaron. El sacerdote era su padrino de confirmación y compadre de su papá. En esa ocasión le insistió en que se quedara a dormir: “Vi un punto en podía ocurrir una violación, fue el principio del fin”.

Constanza ahora tiene 28 años. A los 27 comenzó a ir a terapia: “Todavía tengo miedo a acercarme a un hombre”, dijo.

“Hay una mafia de encubrimiento”

En su camino a denunciar, primero acudió a la vía canónica, donde conoció al padre Eugenio de la Fuente, quien era capellán de la Casa Central de la Universidad Católica: “Él me animó a denunciar y empezamos a hacer el proceso canónico juntos”.

Sin embargo, el camino estuvo lleno de trabas: “Hay una mafia de encubrimiento”, denunció.

Posteriormente, su expediente fue entregado a Scicluna y Bertomeu, cuyo equipo le recomendó hacer la denuncia formal.

“Yo pido cárcel para él”, dijo enfática la denunciante. “No puedo vivir con odio”, apuntó.

Tags:

Deja tu comentario