Irremediablemente su llegada al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio fue con más ruido de lo que habría preferido. Se convirtió en la tercera ministra de esta cartera en cinco meses de gobierno, cuando llegó para reemplazar a Mauricio Rojas, cuyo análisis del Museo de la Memoria terminó por costarle el cargo a tres días de asumir.
Por esta razón los ojos de la cultura se posaron con más atención sobre la arqueóloga Consuelo Valdés, cuya mayor experiencia estaba en el mundo de los museos y en el trabajo sin distinguir colores políticos.
Nunca ha militado en un partido, pero sí perteneció al grupo Tantauco, que presidió en el primer gobierno del presidente Piñera. Además, trabajó estrechamente con Cecilia Morel como directora del Museo Interactivo Mirador.
Consuelo Valdés Chadwick conversó a fondo con Matilde Burgos en CNN Íntimo sobre los desafíos de su cargo y la importancia del respeto de los Derechos Humanos.
La titular de Cultura recordó cuando ingresó al ministerio en medio de un complejo escenario tras los dichos de Rojas, y confesó que lo primero que hizo al asumir fue llamar a Francisco Estévez, director del Museo de la Memoria.
“No estaba de acuerdo con esas declaraciones, para mí los museos son instituciones de un enorme valor”, afirmó. En la misma línea, agregó que para ella el respeto a los DD.HH. “no pierde vigencia nunca y si hay espacios que permiten valorar eso, en buena hora”.
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Valdés también reveló sus gustos personales, en los cuales está la fascinación por las aves. En su casa hay decoraciones de estos animales y su biblioteca está compuesta por seis metros lineales de libros sobre ellas.
“Las aves significan libertad, vuelo, altura. Mirar desde las alturas hace bien y no quedarse en el detalle pegado a la tierra. Y lo otro es que son una puerta de entrada a la naturaleza”, confesó.
A su vez, recordó que llegó a tocar batería ya que sus hermanos eran músicos y se especializaron en el piano y guitarra, pero faltaba la percusión. Por lo mismo, su padre llegó un día con este instrumento y comenzó a tocarlo siguiendo el ritmo de canciones de la Nueva Ola. “Nunca tuve clases de batería, era para divertirme, pasarlo bien”, manifestó.
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En el ámbito más personal, recordó la ceremonia cuando prometió como ministra de Cultura, instancia en la que fue acompañada por dos amigas. Emocionada confesó que le hubiese gustado que su padre estuviese presente.
“El papá fue un gran humanista, viajero, y quizás en sus conversaciones, en sus relatos, me abrió la mente para ver otras culturas, otras sociedades”, señaló.
También recordó que, tras dos meses de no ver a su hermana, ambas se reunieron y ella le dijo una frase que la conmueve hasta hoy: “Papá, cómo estaría contento de verte así”.
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