La industria minera chilena comienza a dar pasos concretos hacia una operación más sustentable y baja en emisiones. Un ejemplo claro es lo que ocurre en Sierra Gorda SCM, yacimiento ubicado en la Región de Antofagasta, donde se integró la primera flota nacional de 40 camiones propulsados por gas natural licuado (GNL) para el transporte de concentrado de cobre y molibdeno. Esta iniciativa se enmarca dentro de los crecientes esfuerzos por alcanzar metas de descarbonización en uno de los sectores productivos más relevantes para la economía del país.
El gas natural licuado, que se obtiene al enfriar el gas natural hasta un estado líquido para facilitar su transporte, permite una reducción cercana al 40% en las emisiones de dióxido de carbono respecto a los vehículos diésel tradicionales. El nuevo contrato con la empresa de transporte San Gabriel busca no solo optimizar los procesos logísticos, sino también minimizar el impacto ambiental en los territorios donde opera Sierra Gorda. Este avance también contribuye a disminuir otros contaminantes como el ruido y el material particulado.
La estrategia de sostenibilidad de la minera va más allá de la implementación de camiones a GNL. Desde sus inicios, Sierra Gorda ha debido operar con una ley de mineral baja, lo que ha impulsado una búsqueda constante por tecnologías más eficientes y limpias. Entre otras medidas destacadas, la compañía utiliza agua de mar en sus procesos productivos y opera con un suministro eléctrico 100% renovable, lo que refuerza su compromiso con el medio ambiente y con el desarrollo responsable del sector.
En el futuro, la estación de carga ubicada en Baqueano permitirá incluso la transición hacia biogás de origen renovable (biogen L), avanzando hacia una minería carbono neutral. Con esta medida, Sierra Gorda se posiciona como un referente de innovación sostenible en la minería chilena, demostrando que es posible compatibilizar competitividad económica con responsabilidad ambiental.