Trump está esperando que Xi llame, pero los chinos lo ven de manera diferente
Por CNN Chile
11.04.2025 / 11:56
Mientras EE.UU. entrega una tregua arancelaria de 90 días al resto del mundo, Donald Trump impone un alza de impuestos del 145% a las importaciones chinas. China, en respuesta, restringe exportaciones estratégicas y bloquea películas de Hollywood.
La tregua arancelaria anunciada esta semana por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trajo alivio para decenas de países… menos para uno: China. Mientras el Gobierno estadounidense congeló por 90 días la imposición de nuevos aranceles al resto del mundo, elevó de forma unilateral los impuestos a las importaciones chinas hasta un 145%, provocando una rápida respuesta de Beijing.
Entre las represalias anunciadas, destaca la decisión de limitar la exportación de películas estadounidenses, así como una posible reducción en la compra de productos agrícolas provenientes del corazón agrícola de EE.UU., privilegiando proveedores de países como Brasil. Además, se evalúa frenar la exportación de minerales estratégicos esenciales para la industria tecnológica y armamentista.
A pesar del riesgo económico global, los canales diplomáticos entre ambos países permanecen cortados a nivel de líderes. Fuentes del Gobierno estadounidense indicaron que Trump no tiene intenciones de llamar a su par chino, Xi Jinping, esperando que sea él quien tome la iniciativa. Sin embargo, Beijing ha rechazado múltiples gestiones, temiendo quedar en una posición de debilidad si accede a una conversación directa.
Funcionarios de ambos gobiernos han confirmado que las comunicaciones se mantienen solo a nivel técnico, sin avances en una posible cumbre. En paralelo, Trump ha impulsado alianzas comerciales con Japón, Corea del Sur y Vietnam, como forma de presionar indirectamente a China.
En solo una semana, las bolsas estadounidenses perdieron seis billones de dólares en valor. Aunque el anuncio de la pausa arancelaria disparó brevemente los mercados, analistas aseguran que el daño ya está hecho. La desconfianza sobre la estabilidad de la política comercial de Trump persiste y, según Goldman Sachs, el riesgo de recesión en EE.UU. sigue siendo alto, con una probabilidad cercana al 45%.
El enfrentamiento, descrito por expertos como una “destrucción mutuamente asegurada”, podría escalar aún más si China decide utilizar sus bonos del Tesoro estadounidense como herramienta de presión o endurece sus restricciones en sectores como la tecnología y la energía.
Aunque Trump ha insinuado su disposición a negociar un “gran acuerdo” que incluya comercio, fentanilo y TikTok, desde ambas capitales reconocen que hoy no existen las condiciones políticas ni diplomáticas para avanzar. El mandatario estadounidense busca imponer condiciones que Beijing considera inaceptables, mientras Xi Jinping fortalece su poder interno ante una ciudadanía nacionalista y poco dispuesta a ceder ante Washington.
Por ahora, todo apunta a que la guerra comercial entre EE.UU. y China no solo continúa, sino que se encamina hacia un nuevo punto de tensión global.