Esta semana, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que el Índice de Precios al Consumidor del mes de abril tuvo un incremento del 1,4%, con una variación acumulada del 4,8% en lo que va del año y alza a 12 meses del 10,5%, superando la barrera de los dos dígitos por primera vez desde 1994.
Dentro de dicha alza, destacó el incremento en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, sobre todo en el valor del pan, cereales y el aceite, que ya venía registrando un alza sostenida desde hace varias semanas.
La situación generó reacciones desde diversos frentes, sobre todo tras la determinación, por unanimidad, del Banco Central de incrementar la tasa de interés en 125 puntos base, llegando hasta un 8,25%.
“Claramente que el BC suba la tasa (…) va directamente relacionado con querer estabilizar un poco la inflación, pero esta tasa va a contraer el consumo, va a contraer la economía y nos va a llevar por supuesto a bajar las expectativas de crecimiento y el próximo año sabemos que vamos a tener un año complejo con decrecimiento económico”, dijo la diputada Sofía Cid (RN), aprovechando de hacer “un llamado al Gobierno para que tome cartas en el asunto”.
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Por otro lado, el exministro de Hacienda, Ignacio Briones, opinó desde su cuenta de Twitter, asegurando que “curar la enfermedad supone entregarse al doctor y a la medicina correcta. Es decir, al Banco Central y alza de tasas. Ajuste será más duro de lo deseable debido a irresponsabilidad pasada de terraplanistas económicos que, vendiendo alivio, agravaron enfermedad”.
El senador Ricardo Lagos Weber, se refirió al incremento de IPC afirmando que el “gobierno debe hacer apoyos focalizados para ayudar a las familias chilenas más vulnerables y que atenúen el alza persistente en los precios”.
Desde el mundo gremial, opinó el vicepresidente nacional de la CUT, Juan Moreno, planteando que “las principales alzas están en el consumo de alimentos. Es importante para frenar el IPC, contar con las voluntades del empresariado y que nos sentemos a conversar y buscar una medida donde la opinión de todos y todas esté presente”.
En tanto, desde el Gobierno han planteado como “preocupantes” los actuales índices de inflación, mientras que el alza de alimentos esenciales, como el aceite, estarían respondiendo a presiones externas. Así lo señaló el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela: “Ucrania y Rusia producían más del 70% del aceite maravilla. Están en guerra, se acabaron los puertos, no hay logística, se acabó en el mercado mundial la gran producción de aceite de maravilla”.
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“Está fuertemente determinada por los aumentos de los precios de los alimentos y justamente, en los precios de los alimentos que están aumentando a nivel internacional. Esto lo que nos indica es que ya las cifras que estamos observando hoy están más marcadas por estos fenómenos internacionales, que por las presiones domésticas”, aseguró en tanto el ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Desde el punto de vista técnico, expertos como el economista, Hermann González, han planteado que esta situación representa “en un mes la mitad de la inflación que debiéramos tener en un año”, por lo tanto, “está lejos de cualquier parámetro normal. Es una señal preocupante que golpea principalmente a los hogares de menores ingresos”.
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