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Este martes el gobierno terminó con la incertidumbre y descartó firmar el Acuerdo de Escazú, pacto que busca dar garantías para el acceso a la información, participación ciudadana y justicia en asuntos ambientales junto a otros países de América Latina. Esto, aún cuando fue el propio gobierno chileno el que impulsó su creación.

Así, mediante un documento elaborado entre los ministerios de Relaciones Exteriores y Medioambiente, aseguraron que “el gobierno de Chile considera inconveniente la suscripción del Acuerdo de Escazú, atendida la ambigüedad y amplitud de sus términos, su eventual autoejecutabilidad y la obligatoriedad de sus normas que prevalecerían por sobre la legislación medioambiental interna”.

La información fue confirmada ante la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputadas y Diputados, donde se dieron a conocer los detalles tras la decisión.

Con todo, la no firma del acuerdo generó críticas en la oposición, donde ya se estarían analizando formas de introducir parte de la normativa propuesta e impulsarla como legislación nacional.

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Es una ofensa a la comunidad internacional y a todos los chilenos y chilenas, porque este gobierno ha tenido las peores políticas medioambientales desde los años ’90”, dijo el senador Guido Girardi (PPD).

Asimismo, el senador Álvaro Elizalde (PS) habló de una “contradicción que tiene permanentemente el presidente Piñera: dice algo y hace algo distinto“, aludiendo al rol de promotor que tuvo Chile respecto al Acuerdo de Escazú. “Esperamos que se rectifique este error”.

Por su parte, la diputada Carmen Hertz (PC) calificó de “jurídicamente incorrectos, derechamente inverosímiles y una vergüenza internacional” los argumentos entregados por Allamand y Schmidt ante la comisión.

En la misma línea, el diputado Vlado Mirosevic (PL) criticó que el gobierno tomara protagonismo para la COP25 pero no así con el acuerdo: “un gobierno que se vanaglorió, hasta el final, con la COP25, pero que no le interesa firmar el Acuerdo de Escazú, habla más de ganancias cortoplacistas que de un real compromiso con el medioambiente y la gente“.

En tanto, la diputada Camila Rojas (Comunes) aseguró que “Sebastián Piñera fue a la ONU solo a mentir“. Similares fueron los comentarios de la diputada Claudia Mix (Comunes), quien señaló: “presidente, no puede haber peor momento para sus ficciones. Lo que se necesitan hoy son acciones”.

La diputada Gael Yeomans (CS) se sumó a los cuestionamientos asegurando que “el gobierno no puede realizar pomposos discursos de protección medioambiental y al mismo tiempo inventar pretextos de poca monta para no ratificar el Acuerdo de Escazú”.

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“Acaba con la aspiración de liderazgo ambiental”

El medio DW realizó un artículo respecto al rechazo del gobierno de Chile al Acuerdo de Escazú, en el que resaltaban la “gran contradicción” que significa haber sido un impulsor del pacto y no ratificarlo.

Chile: el rechazo al Acuerdo de Escazú acaba con la aspiración de liderazgo ambiental” es el título de la publicación que cuenta con observaciones y opiniones de diversos especialistas.

“Desde el mundo ambiental se sospecha que este bloqueo llega realmente desde la presidencia y tiene que ver con el hecho de que hay intereses privados poderosos de empresas extractivistas que están imponiendo su agenda económica“, dijo Ingrid Wehr, representante de la Fundación Heinrich Böll.

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