Mientras la Cámara de Diputados discutía la admisibilidad de la acusación constitucional contra los jueces de la Corte Suprema que dejaron en libertad a los reos de Punta Peuco, Gabriel Boric daba uno de los discursos más crudos de su corta carrera parlamentaria.
“Quiero comenzar mi intervención, a propósito de esto último, interpelando directamente a la UDI y a su candidato a presidente, Javier Macaya”, dijo el parlamentario del movimiento Autonomista, luego de que estos intentaran inhabilitar a la congresista Carmen Hertz.
Todo ocurre luego de que los conservadores declararon que la diputada promovió la acusación constitucional por intereses personales al ser viuda de uno de los detenidos, por lo cual no era ético permitir su participación.
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Entonces Boric procedió a contar la historia: “Su interés directo (de Hertz) se llamaba Carlos Berger y la dictadura que su partido incondicionalmente apoyó, lo mató por la espalda, enterró en el desierto, desenterró para tratar de esconderlo y hacerlo desaparecer”.
El hemiciclo hizo un atento silencio y Boric sentenció: “Dos huesitos permitieron identificarlo. Curiosa es la persistencia del hueso y miserables son ustedes por intentar inhabiliutar “.
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