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El liceo Manuel Barros Borgoño es el último establecimiento de Santiago en deponer su toma. Tal como lo adelantaron los estudiantes, los meses de verano serán de receso y reflexión.
Los estudiantes afirman que el espacio que actualmente ocupan como colegio fue habilitado luego del terremoto de 2010 y aseguran que por mucho tiempo realizaron sus clases en medio de los escombros y de focos de infección por una plaga de palomas. Eso los motivo a protagoniar una toma, pero hoy dicen sentirse frustados por no haber logrado sus próposito.
Conoce más detalles en el informe adjunto.
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