Durante la audiencia de preparación del procedimiento judicial que se llevó a cabo el viernes por el caso Luchsinger-Mackay, se dio a conocer la falta de una prueba clave.
Se trata de la declaración del cabo segundo, Alejandro Rivera, que fue tomada el mismo día del ataque incendiario que acabó con la vida del matrimonio Luchsinger-Mackay en 2013.
La falta del testimonio se debería a que el computador donde se encontraba fue formateado.
La declaración de Rivera se contrapone con lo señalado por José Peralino Huinca, testigo clave en la indagatoria. El funcionario declaró haber visto a los imputados en una camioneta blanca, mientras Peralino habló de tres camionetas oscuras.
La jueza Alejandra García suspendió por 10 días la preparación del juicio y, de paso, rechazó la solicitud de sobreseimiento temporal solicitado por uno de los defensores de los imputados.
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