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Este lunes 20 de noviembre por la tarde, Carolina Goic decidió dejar la presidencia del partido tras la derrota electoral sufrida por la Democracia Cristiana.

 

“Camaradas

En el día después en que el pueblo de Chile se ha pronunciado sobre los candidatos que pasaron a la segunda vuelta electoral, es el momento de ser consecuente con los conceptos que nos acompañaron durante la campaña.

Por de pronto, con nuestra filiación. Hemos dicho en la campaña y así ha sido históricamente, que el domicilio de la Democracia Cristiana es la centro-izquierda y por ello aspirábamos, desde nuestras convicciones, a liderar el proyecto que nos parece era la mejor opción para el Chile de los próximos años.

El pueblo ha dicho otra cosa y ha entregado al candidato Alejandro Guillier la responsabilidad de liderar el proyecto progresista que deberá confrontar, en unas semanas, en la segunda vuelta presidencial, a la opción de derecha representada por Sebastián Piñera.

Nuestra candidatura aspiraba a la construcción de un futuro donde no fueran los ideologismos de ningún color los que nos impidieran trabajar por el bien común de chilenos y chilenas. Son las personas y no los mecanismos los que deben ordenar nuestras decisiones. Quiero reafirmar este punto con la misma convicción con que lo hice durante la campaña.

En lo programático dijimos con toda claridad que nos interesa el crecimiento económico; pero de la mano de la equidad y la justicia, con foco en el desarrollo regional. Chile necesita una reforma a la Salud que, junto con atacar los problemas estructurales, nos permita avanzar en temas tan relevantes como una Ley Nacional del Cáncer y una política de salud mental. Debemos hacernos cargo de los más de quinientos mil jóvenes que no estudian ni trabajan y avanzar en una educación técnica gratuita de la mano de empleabilidad.

Nuestros adultos mayores no pueden esperar. Todos debemos hacer nuestro mayor esfuerzo por mejorar las pensiones de hambre que hoy dañan la calidad de vida y la dignidad de quienes le dieron todo a nuestro país. En fin, ahí quedan a disposición todas nuestras propuestas para ser tomadas. Son propuestas serias y solventes técnicamente. Hoy es Alejandro Guillier quien debe liderar la tarea que se le ha encomendado. Será responsabilidad de él como candidato tomarlas, si lo estima pertinente, y conducir este proceso con todos aquellos que queremos seguir avanzando en el desarrollo que requiere nuestro país.

Durante estos meses de campaña recorrimos gran parte de Chile. Conversamos y escuchamos a muchos ciudadanos y ciudadanas y no solo en las grandes ciudades, sino también en pequeños pueblos y localidades, tratando de recibir de ellas sus anhelos y aspiraciones. Y así como escuchamos en la campaña, después de las votaciones, tenemos también que hacer el esfuerzo de escuchar y comprender profundamente qué nos ha dicho el país con los resultados electorales.

Es claro que existe un descontento en la ciudadanía, la gente quiere un cambio y ello ha sido capitalizado por el Frente Amplio. También es claro que se mantiene el desencanto y molestia con los partidos políticos. Y por cierto que como Democracia Cristiana no solo no hemos sido capaces, – a pesar de todos los esfuerzos y propuestas que planteamos -, de representar adecuadamente el anhelo de la ciudadanía, sino que además, hemos sido castigados por nuestra propia falta de unidad.

Como partido debemos hacernos una fuerte auto crítica. Estamos en un proceso que, de no modificarse, nos llevará a la auto destrucción, un proceso donde no habrá ganadores…aunque algunos puedan sentir que han ganado una pequeña batalla. Un proceso que contrasta sin duda, con el esfuerzo y entusiasmo de nuestras bases, a los que vimos desplegarse con convicción detrás de dar respuesta a la necesaria existencia de un centro político que de equilibrio al país.

Quiero llamarlos a una reflexión: pese a los malos resultados todavía somos el partido de centro izquierda con mayor votación parlamentaria, tenemos bases que se han movilizado activamente, y cuadros profesionales de alta calidad. Eso es un valor que tenemos que cuidar.

Camaradas, creo que es el momento de la humildad, de mirarnos a los ojos y empezar con esfuerzo y con la generosidad de todos, a escuchar, a congregar, a re-construir la alternativa que representamos, en la que creemos y que pensamos ha sido y es fundamental para un Chile que se polariza cada día más y en el cual se nos pierde, o al menos no se valora adecuadamente, la ética y el compromiso social.

Por último, nuestra campaña se ha basado en la ética y la responsabilidad, hoy en el momento de la derrota esos conceptos están más presentes que nunca. Todos aquí somos responsables de las decisiones colectivas que tomamos y yo la responsable de haberlas conducido.

Es por esto y en consecuencia con la más profunda responsabilidad ética que en este momento procedo a renunciar a mi cargo de Presidenta del partido, porque es lo que corresponde y porque durante toda mi trayectoria política he actuado con decencia y de frente. No necesito que nadie venga a pedirme la renuncia, menos por la prensa y lejos de la institucionalidad del partido. Yo a diferencia de otros asumo y asumiré siempre mis responsabilidades.

Quiero, en este momento difícil, volver a agradecer a todas las personas que a lo largo de Chile me permitieron representarlas y a todos y todas quienes me apoyaron y acompañaron mientras ejercí este honroso cargo.

Hay que saber escuchar con humildad y construir con esperanza”

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