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Cada fin de semana un grupo de mujeres reparte las colaciones que se preparan en una iglesia evangélica de la población La Palma, en la comuna de Estación Central, en donde estudiantes, vecinos y microempresarios cooperan en una olla común para ir en ayuda de los más necesitados.

“Nosotros somos una empresa de banquetería y tenemos muchos colegas que están en la misma situación, o incluso peor que nosotros, pero eso no quita que podamos ayudar al que menos tiene”, señala Lorena Iturrieta, microempresaria que quedó sin trabajo y cocina para los vecinos más vulnerables.

La olla común trabaja con donaciones. Cada aporte es un plato que llegará incluso los más olvidados de la pandemia, la gente en situación de calle, a quienes ni siquiera les han practicado el test PCR.

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Directa o indirectamente, quienes regalan su tiempo alimentando la solidaridad también se exponen a expandir la enfermedad por el contacto que existe con la gente y entre ellos mismos.

Por esa razón, el alcalde Rodrigo Delgado informó que se inició una campaña de testeo para todas las personas que cocinan y distribuyen en las ollas comunes de Estación Central.

El jefe comunal reconoce que aún cuando el virus pueda ser controlado, vendrá un escenario complejo si no hay un trabajo con las bases sociales.

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“La vacuna te va a proteger de una enfermedad, pero no te va a devolver tu empleo ni tu ingreso. No te va a proteger de las necesidades sociales. Lo que va ocurrir después va a ser muy complejo, entonces tenemos que prepararnos para ello”, indica el edil.

“Hay que apuntar mucho a este tipo de iniciativas”, sentenció, asegurando que los test PCR serán realizados en todas las ollas comunes de Estación Central.

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